Al filo del mañana

Crítica de Carlos Schilling - La Voz del Interior

El nuevo filme de Tom Cruise y Emily Blunt ofrece buena acción con un argumento ingenioso y un ritmo creciente y sostenido.

Una de las mejores películas de acción estrenadas en lo que va del año. Suena como la leyenda de una afiche promocional, pero no deja de ser cierto: Al filo del mañana tiene la forma de esos milagros que de vez en cuando ocurren en Hollywood: una buena historia, bien contada y entretenida desde el principio hasta el final.

El argumento podría describirse como la trasposición de la idea de Hechizo del tiempo al género bélico: un soldado que despierta una y otra vez para revivir las mismas situaciones en un campo de batalla donde se enfrenta a un ejército de alienígenas.

La noción de la física teórica de que el tiempo es reversible, extraída de los manuales de divulgación científica, ha inspirado decenas de películas de todos los géneros (algunas de ellas clásicas, como Volver al futuro o Terminator), y hay que decir que Al filo del mañana es digna de ese linaje (al menos bastante más digna que X-men, días del futuro pasado, también en cartel).

La fórmula del director Doug Liman (El caso Bourne) para que el mecanismo recurrente funcione está asociada al ritmo con que se presentan las repeticiones y variaciones de la situación inicial. Mediante las dosis justas de novedades que se introducen en cada ocasión, la historia avanza como si fuera un complicado videojuego en el que los obstáculos deben superarse no sólo a fuerza de un extenuante entrenamiento sino también de mucho ingenio.

En ese sentido, el personaje de Tom Cruise es perfecto, porque no es presentado como un héroe. Todo lo contrario: se trata de un militar publicista a quien una serie desafortunadas de malentendidos empuja al frente de combate. Más acorde con la figura de una heroína es el papel de Emily Blunt, una sargento que se ha revelado como una máquina de matar extraterrestres en un batalla anterior.

La sociedad entre ambos forjará un excelente dúo protagónico, en el que los roles débil-fuerte no coinciden precisamente con los tradicionales femenino-masculino. Ellos aprenderán el uno del otro la clave para salir del círculo temporal en el que están atrapados.

Con varias escenas de acción más que logradas y un ritmo creciente y sostenido (que parece potenciarse gracias a esa especie de recurrente fatalidad en la que ambos personajes están inmersos), Al filo del mañana cumple con la promesa implícita de resolver cada uno de los problemas que se plantea y lo hace con las mejores armas del gran cine de acción.