Abattoir: recolector de pecados

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

Una periodista de bienes raíces, que arrastra el asesinato de su hermana y de su sobrino, llega a Nueva Inglaterra para empezar a unir los cabos de un pasado endemoniado Mezcla de thriller y terror sobrenatural que se va debilitando.

El prolífico director Darren Lynn Bousman, el mismo de El juego del miedo II, III y IV y Repo! The Genetic Opera, arremete con su nuevo trabajo que mezcla thriller y terror sobrenatural a partir de un planteo absurdo y delirante, que no estaría nada mal si realmente funciona. En Abattoir, Julia -Jessica Lowndes- es una periodista de bienes raíces que arrastra el asesinato de su hermana y de su sobrino y descubre que la casa donde vivían es vendida. Pero lo más extraño es que la habitación donde se cometió el crimen fue completamente vaciada. Junto a un detective, comenzará a atar los cabos de una investigación que los llevará a Nueva Inglaterra, un lugar que se consume por su pasado y esconde muchos secretos.

Una película que comienza con mucha información que el espectador deberá ir asimilando y concentra pocas dosis de suspenso, y que en su desarrollo, encaminado hacia el terreno fantástico, pierde fuerza y efectividad más allá del vuelo visual de su último tramo. Abattoir es una suerte de viaje en tren fantasma sin sustos ni sobresaltos -sobre todo en las últimas escenas- en donde el clima pesadillesco del inicio se diluye y todo parece narrado en piloto automático- entre flashbacks tenebrosos y macabros, uno de los sellos del realizador.

La aparición de una mujer -Lin Shaye -rostro conocido dentro del género por sus actuaciones en la saga La noche del demonio- que ayuda a la protagonista y corre el velo sobre el pasado del pueblo, es lo mejor de la propuesta, en la que el villano de turno -Dayton Callie- se personifica en un anciano con bastón de aspecto amenazante, un comprador de casas que asegura haber visitado el mismísimo infierno.

Sectas, crímenes sangrientos, colecciones "non sanctas" y presencias fantasmagóricas atrapadas en un loop temporal se debilitan ante las explicaciones que dan los personajes y con una Julia perseguida por un misterio que se extiende hasta un presente oscuro.

Quizás son demasiados elementos que entran en juego para despertar el terror y que no logran la atmósfera que la historia propone, entre sacrificios y una fallida excursión a las entrañas del infierno.