A oscuras

Crítica de Bruno Jara - Cinéfilo Serial

Este jueves 10 llega a las salas argentinas “A Oscuras”, una producción local dirigida por Victoria Chaya Miranda y escrita por Carla Scatarelli. Está protagonizada por Esther Goris, Guadalupe Docampo, y Francisco Bass, con participación de Alberto Ajaka y Arturo Bonín.

El film relata las historias de Lola (Goris), una actriz veterana, la joven bailarina Ana (Docampo), y Lucio (Bass), encargado de un restobar porteño. Cada uno de ellos lleva una vida que tiene lugar durante las horas de la noche de Buenos Aires, pero la oscuridad a la que están expuestos es más que simplemente literal.

Lola enfrenta la decadencia de su carrera y una tragedia personal que la alejó de Mario (Bonín), haciendo uso y abuso del alcohol y los fármacos. Ana, por su parte, se encuentra en una relación con Víctor (Ajaka) que termina revelándose como una de violencia económica y sexual. Lucio, mientras tanto, podría ser definido como un personaje más violento que violentado; sin embargo sus actos lo van a llevar a desconectarse de sus relaciones y a sumirse en el aislamiento y las drogas. Llegado el momento, los tres llegan a la elección de seguir en la oscuridad y la soledad o hacerle frente con las armas que tienen a su alcance.

Si bien para algunos espectadores la obra puede no llegar a cuajar en un relato uniforme -de hecho las tres historias se cruzan de forma breve y tangencial – cada trama recorre su arco para completarlo de forma más o menos satisfactoria.

Cada una de las tramas podría funcionar desarrollada por sí misma como un largometraje, y algunos espectadores tal vez quisieran que las tres se relacionen de forma más profunda. A pesar de esto, las historias de cada personaje recorren su arco y alcanzan su resolución de forma más o menos satisfactoria.

El punto más fuerte que presenta “A Oscuras” son sus interpretaciones. Sus protagonistas se desempeñan de forma impecable para llevarnos al corazón de sus personajes y cada conflicto que atraviesan.

La dirección de Chaya Miranda en conjunto con la fotografía de Pablo Parra y la música original de Lula Bertoldi (frontwoman de Eruca Sativa) se suman para darnos una producción de una tonalidad consistente y acorde a la historia.