8 apellidos vascos

Crítica de Walter Monzón - Cinergia

Humor a la española

Al extremo nororiental de la franja cantábrica se levanta la comunidad autónoma española de Euskadi, o más conocida como País Vasco: una comunidad rebosante de una cultura muy opuesta al resto de España a tal punto de poseer un propio idioma totalmente alejado de cualquier similitud con el castellano, como sí sucede en casos como el del catalán, y en menor medida con el gallego.
Conocidos por su gran apetito, y poseedores de características sociales que parecen alejarlos del concepto de buen gusto en el resto del territorio nacional, sus habitantes son tan diferentes al resto de los españoles que son considerados personajes toscos y arcaicos, casi perdidos en el tiempo y la historia.
En contraposición total nos encontramos con Andalucía, tierra del flamenco, el canto y la alegría, de la despreocupación y las siestas obligadas.
Todas estas diferencias son parte de la marca inconfundible de Ocho apellidos vascos, el nuevo film de Emilio Martínez Lázaro conocido por títulos anteriores como El otro lado de la cama (2002) y Los peores años de nuestra vida (1994). En esta nueva producción el director madrileño nos posiciona como espectadores de una contienda social tan típica para el pueblo español como atípica para el público argentino, una confrontación de culturas y rivalidades ancestrales que hacen parecer a la historia una especie de documental sobre hinchadas rivales de fútbol.
La película arrastra con ella tres premios Goya en su apartado actoral, dando muestra de cómo su reparto cumple un rol esencial dándole al guion una interpretación digna de su calibre humorístico y destacando al personaje del poco conocido Dani Rovira como el elemento esencial de la comedia junto con la bellísima actuación de Carmen Machi (Los amantes pasajeros, Hable con ella)
Cabe aclarar que aun cumpliendo con parámetros básicos de humor y grandes situaciones que ameritan carcajadas, una gran parte de la gracia del film es perdida si no se tiene clara la connotación cultural y política de la que se hace uso, lo que convierte a Ocho apellidos vascos en una gran comedia que desperdicia mucho de su contenido ante un segmento tan ajeno como puede ser el público argentino promedio.

Sin lugar a dudas 8 apellidos vascos es la gran apuesta humorística entre los estrenos de la semana y es totalmente recomendable para todo tipo de público. Una clara muestra de humor e ingenio a la española.