3 anuncios por un crimen

Crítica de Alexis Puig - Infobae

Para aplaudir de pie

La película presenta un enorme trabajo de Frances McDorman como una madre dispuesta a todo por resolver el crimen de su hija

En un pueblo del Medio Oeste americano, Mildred Hayes (Frances McDormand) decide gastarse todos sus ahorros en contratar tres carteles publicitarios para poner en evidencia la incompetencia de la policía. Ha pasado ya mucho tiempo desde la violación y asesinato de su hija y aún no se tiene ninguna pista de lo ocurrido. Estas tres vallas a la entrada del pueblo servirán como recordatorio de un crimen sin resolver, y constatar que nadie ha sido detenido.

El británico Martin McDonagh es el responsable de esta conmovedora película, plagada de increíbles momentos cinematográficos, actuaciones asombrosas y un elegante humor negro.

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La personalidad triste, amarga pero decidida de Mildred nos sirve de guía a través de un cuento apasionante sobre la Norteamérica profunda, y es a la vez un retrato de una pérdida desgarradora, y del sentido de impotencia que genera la falta de justicia.

Sería injusto destacar solo la labor de McDormand (brillante actuación), porque todo el elenco hace lo suyo de manera creíble y efectiva. El sheriff compuesto por Woody Harrelson es sensacional, un personaje que con sus zonas grises logra empatizar y emocionar. Algo similar ocurre con su asistente, el oficial Dixon (gran trabajo físico y de composición de Sam Rockwell), un policía racista y borracho que juega algunas de las secuencias más memorables de un filme que no tiene ni un solo bache argumental.

El realizador, también guionista, fusiona un relato sombrío con el costumbrismo y el humor, en la línea de los Coen, de una manera tan eficaz, que el metraje pasa volando y logra mantener el suspenso hasta el último fundido a negro. No hay recursos fílmicos facilistas, de hecho solo se apela una vez al flash black en una escena tan intensa que no necesita más explicaciones que lo que se ve.

Diálogos ingeniosos, situaciones de tensión, y un final polémico (que a muchos puede disgustar) pero que en realidad, es una jugada del director para que cada espectador pueda ponerse en la piel de los protagonistas y decidir también el destino de los mismos.

Tres anuncios por un crimen es uno de esos filmes que marcan a una generación, así como lo fueron Fargo o Belleza Americana, un largometraje original, violento, de amor y odio, de venganza y redención.