2012

Crítica de Javier Pez - CbaNoticias

Las películas del cine catástrofe deben ser tomadas con pinzas. El director Roland Emmerich, es un tipo que con este film se acaba de recibir de “desastrólogo a gran escala”. En el pasado realizó las también monstruosas, “El día de la Independencia” y “El día después de mañana”, películas en las que a la humanidad se le ponía fecha de vencimiento, ya sea por aliens, desastres ecológicos, o cualquier otra cosa y, de esta forma, le bajaban la persiana al mundo.

Este cine apunta a un público muy particular, similar a lo que pasa con las películas tipo Crepúsculo o Harry Potter. Por eso voy a dividir esta crítica en dos. La primera parte será para los fan’s del género y la segunda para el resto de los espectadores, entre los que me incluyo.

Bajo la premisa “Rompamos todo”, Emmerich dirige un film en donde un científico descubre, en el 2009, que el centro de la tierra se calienta rápidamente y, apoyándose en una teoría maya (¿?) que afirma que el fin del mundo está previsto para el 2012, alerta a los principales gobiernos del mundo.

John Cusack interpreta a Jack Curtis, un chofer de limusinas, mal padre y separado de su esposa que casi sin querer, al darse cuenta de que el mundo se viene abajo, se entera de que el G-8 construyó una especie de “arcas” para resguardar la vida humana. Junto a toda su familia (incluidos sus hijos y el nuevo novio de su esposa) comenzarán un mega-viaje hasta estas naves, escapando siempre justo a tiempo. Las grandes ciudades serán devoradas por inmensas grietas que se abren en el piso, nuevos volcanes que se forman en la faz de la tierra y tsunamis de una altura incalculable que, de manera muy vistosa, arrasan con todo lo que se les cruza.

Visualmente la película se va al carajo, es espectacular ver cómo esta serie de catástrofes climáticas destruyen todo, sinceramente está muy bueno. Todo es aparatoso, los escenarios son geniales, una producción monstruosa para que la gente que le guste este tipo de cine se deleite y coma mucho pochoclo.

Todo cierra a la perfección, es obvio que el presidente de los Estados Unidos tiene un papel relevante y se pone la mochila al hombro para salvar a su pueblo. No faltan los mea-culpas de los protagonistas, los inagotables clichés del género y las salvaciones de último minuto, a pesar de estar en medio de un montón de bolas de fuego que saltan de un volcán. Definitivamente, si te gustan estas pelis, no te importa mucho que las cosas sean verosímiles, sino que querés disfrutar y pasar dos horas a pura acción, esta peli tiene para vos 10 puntos.

Ahora bien. Vamos con la segunda parte de la crítica.

Más o menos, desde el quinto minuto de la película, el mundo comienza a irse a pique y el protagonista, junto a todo su séquito familiar, permanecerán unidos e irán sumando gente a su grupito. Se salvarán inexplicablemente de situaciones en las que es imposible salvarse. Despegarán justo a tiempo en medio de altísimas llamas, le pasaran “raspando” a unos edificios con las ruedas y las alas de la avioneta y así como éstas, un montón de situaciones similares.

El guión tiene múltiples tramas que de a poco (increíblemente) se van uniendo para llegar todas juntas al final. Una es la de John Cusack y su familia, otra es la de los científicos que descubren el calentamiento central. También tenemos la de una familia china, donde uno de los chinitos labura en la construcción de las “arcas”, la de un magnate ruso, que junto a sus hijos y novia compraron boletos para salvarse, la de un aficionado medio loco que tiene un programa de radio y habla sobre los mayas y, por último –y que no podía faltar– la del presidente yanqui, un negro buenazo que piensa en la humanidad (no como los presidentes yanquis de verdad) al cual la muerte lo encontrará, después de ser muy bueno y bondadoso, entre la multitud desorientada buscándole la mamá a una nenita que está perdida en medio de los terremotos. Solo en el cine pasa esto.

El guión, que no tiene ni el más mínimo sentido, une todas estas historias de manera muy forzosa y a medida que se destruye todo, se muere medio mundo, los personajes siguen haciendo chistes, tomándose todo con soda, mientras ellos estén a salvo, el resto que importa. Por supuesto que no falta lugar para las “yanquiadas”, cosas sin sentido para que el público se ria o diga “Woaaaaaoooouuu”.

Si viste las anteriores de Emerich, ésta es una más pero con mejores efectos, donde sinceramente hay que sacarse el sombrero, porque son muy buenos. Pero el resto es un asco. Casi tres interminables horas, que parecen mucho más. Un producto hecho por (y para) personas que piensan como yanquis. La calificación de esta sub-crítica es 1 punto.

Entonces: el promedio de las dos puntuaciones (10+1), nos da 5.50, que redondeando para abajo (porque yo soy de los no-amantes de estas películas), deja como calificación: 5 puntos.