12 años de esclavitud

Crítica de Maru Manson - Toma 5

Sangre, sudor y lágrimas

"12 años de esclavitud" la aclamada película del director británico Steve McQueen finalmente llega a las salas de nuestro país para demostrar con fundamentos el porqué de tantos elogios.

El guión, el cual está basado en las memorias de Solomon Thorpe y adaptado visceralmente por John Ridley, cuenta la historia de como Solomon (Chiwetel Ejiofor), un hombre negro educado y libre quien reside en New York (en la época pre-guerra civil), es secuestrado y vendido como esclavo (un modus operandi que aparentemente era muy común en la época)
en un desafortunado viaje a Washington. De ahí en más, sus minutos, horas, días y eventualmente 12 años de esclavitud son relatados de una manera tan cruda y real que es imposible no sentir empatía para con el protagonista.
Un desfile de personajes muy bien compuestos, desde el benevolente amo encarnado por Benedict Cumberbatch
hasta el sádico esclavista Epps (Michael Fassbender) van nutriendo poco a poco la historia de Solomon o Platt (ya que cuando es secuestrado lo despojan de sus bienes y por sobre todosu identidad). La música ocupa un lugar muy importante en la historia, no solo como acompañamiento en el film (musicalizado impecablemente por Hans Zimmer) sino que Solomon, el cual es una gran violinista, sabe hacer uso de sus habilidades musicales para poder sobrevivir y sobrellevar muchas de las situaciones extremas a las que se ve expuesto.

Si bien no se necesita ser un experto en historia para entender los horrores que vivieron las personas que fueron sometidas a estas prácticas esclavistas, McQueen relata esta travesía con una franqueza tal que hace que el dolor físico que les es infligido a los esclavos (en particular al personaje interpretado por Lupita Nyong'o) traspase la pantalla y se traslade al espectador
haciendo del film una experiencia sensorial un tanto agresiva. Teniendo en cuenta la filmografía de McQueen (sus anteriores films "Hunger" y "Shame") está más que claro el cuerpo humano es ese objeto de admiración y destrucción del cual es director nutre sus relatos, por lo cual no resulta extraño el uso de este recurso, aunque por momentos resulte un poco extremo.

Las actuaciones, tanto de sus protagonistas como personajes secundarios, acompañan a la perfección la obra de McQueen, quien en muchos momentos utiliza primerísimos primeros planos para mostrar un sinfín de sentimientos encontrados, situaciones en las cuales las palabras sobrarían. Chiwetel Ejiofor entrega una actuación sublime al igual que Lupita Nyong'o y Michael Fassbender, todos y cada uno de los premios y elogios recibidos, igualmente merecidos. El elenco secundario compuesto de actores como Paul Giamatti, Benedict Cumberbatch, Paul Dano y Sarah Poulson hacen también un muy buen trabajo. Mención aparte merece Brad Pitt, quien produce el film, y cuya aparición en la historia (encarna a un abolicionista canadiense) resulta un tanto absurda y resulta ser el "toque yankee" que desencaja un poco con la crudeza de la cinta.
Si bien puedo estar escribiendo infinitamente acerca del tema, como tantos otros ya lo han hecho, solo me resta decir que "12 años de esclavitud" es a mi parecer un brillante ensayo personal de McQueen sobre la esclavitud: el director británico con antepasados que sufrieron está práctica se animó a contar una historia que no tiene como moraleja la bondad de los abolicionistas ni
deja a los espectadores con una sensación de felicidad por la liberación de aquellos flagelados (los cuales llegaron a ser un ínfimo porcentaje). Muy por el contrario el director denuncia (muy explícitamente) una práctica que, lamentablemente, en muchos lugares del mundo sigue siendo llevada a cabo y que necesitó (y necesita) del consentimiento y la "feliz ignorancia" de mucha gente para poder ser practicada. El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.