12 años de esclavitud

Crítica de Alan Echeverría - Cinéfilo Club

Impotencia y cabeza gacha

12 años de esclavitud forma parte de uno de los estrenos del 2014 con mayores nominaciones a los premios Oscar. Estamos en presencia de una proyección sólida en cuanto a estructura argumental y narrativa, dotada de una musicalización correcta que sabe en qué momentos aparecer para sonar y reforzar las imágenes. Lógicamente, el pulso de Steve McQueen se hace notar, pese a poseer tan sólo tres largometrajes en su filmografía. Pero, ¿es realmente 12 years a slave tan buena película?
Con ese ítem de “basado en hechos reales” que parece siempre otorgar un plus en cuanto al redondeo final en la performance de un film, la historia nos adentra, a mediados del 1800, en la vida de Solomon Northup (Chiwetel Ejiofor), un músico negro (y libre) que es engañado para ser vendido como esclavo, condición bajo la cual comienza a ser sometido a los actos más repudiables de racismo y violencia física y verbal.
Durante el desarrollo de la narración, nuestro protagonista es comerciado como mera mercancía y fuerza de trabajo a distintos amos. El primero, el más agradable y comprensivo aunque sin la fuerza necesaria como para enfrentar y rebelarse ante el mecanismo esclavista dominante, bajo la buena interpretación de Benedict Cumberbatch. El segundo, más impulsivo y capaz de exteriorizar incontenibles estados de ira, se descubre desde la más que interesante labor que lleva a cabo Michael Fassbender (el actor fetiche de McQueen).
Con un transcurso que se va disolviendo lentamente en cuanto a ritmo y con ciertos pasajes algo latosos y rutinarios, el relato intenta remarcar, con crudeza, la injusticia y los grados de estrés a los que fueron sometidos, sin oportunidad a la mínima réplica, los esclavos. Las sensaciones que experimenta el espectador son de impotencia, aunque también de agotamiento.
La actuación de Ejiofor es de alto calibre gracias a su convincente expresión gestual, tanto en su angustia como en su sublevación. El director refleja el mensaje de no rendirse a través de la figura y el modo de ver las cosas de Solomon. El intérprete principal resalta su postura de no caer en la desesperación, y a pura perseverancia y mentalidad firme aspira a salir del calvario que lo hostiga.
12 años de esclavitud es un buen producto, que encuentra sus puntos claves en la ambientación, en la fotografía y en el solvente trabajo de su reparto. Más allá de los pros, no es acreedora de escenas trascendentes ni que se salgan de la vaina a la hora de retenerlas como memorables. Probablemente tampoco sea de esas películas en las que nos es indispensable y llamativo verlas nuevamente.

LO MEJOR: la dirección, todo lo que tenga que ver con lo técnico y las interpretaciones, en especial la de Ejiofor. La impotencia que ocasiona ante los abusos.
LO PEOR: de a instancias cansina, lenta y reiterativa. No cuenta con secuencias de carácter inolvidable.
PUNTAJE: 6