Voley

Crítica de Gustavo Castagna - Tiempo Argentino

En perpetuo movimiento.

Un par de noches próximas a fin de año, casa en el Tigre, cinco amigos cerca de los 30 y una chica que se suma para alegría o fastidio del resto, drogas, sexo y un grupo que no será el mismo una vez que se termine el último porro. ¿Vóley, sólo es eso? No, por suerte.

La segunda película de Piroyansky director (luego de Abril en Nueva York o algo así como tengo plata, una cámara y quiero filmar algo) construye su discurso desde dos ejes: por un lado, la clásica comedia de situaciones fijada en un tiempo y espacio únicos con mucha testosterona sub 30 de por medio, y por el otro, una sutil mirada del director en relación a la amistad, la traición y el fin de una década para el grupete de amigos. Nicolás, Pilar, Manuela, Nacho, Cata y Belén tienen sus particulares características y su propia visión del mundo y desde allí Piroyansky articula un discurso que entremezcla momentos graciosos con otros patéticos y traiciones e infidelidades con escenas corales donde el director va y viene en cuanto a decidirse por un único punto de vista. Pues bien, en su superficie genérica, Vóley es una comedia que trabaja desde diversas capas que van más allá de la gracia y simpatía de sus personajes (bienvenidos los seis trabajos actorales con una brillante Violeta Urtizberea en su histérica composición), ya que el relato oscila entre aquello que provoca una complicidad inmediata con el espectador (diálogos, situaciones vodevilescas) y la posterior derivación hacia otras zonas más oscuras y menos transparentes debido a las idas y vueltas de los únicos seis personajes. Piroyansky, por lo tanto, logra exponer a sus criaturas y exhibir sus virtudes y defectos pero jamás levantando un dedito acusador.
El director no se ubica por encima de sus personajes sino que los muestra tal como son, eligiendo el camino de la comedia para imponer una mirada sobre el mundo que no debería confundirse con una elección leve y superficial. Vóley, es una buena película, entre otras cuestiones, porque el director elige proteger a sus personajes.