Vientos de agosto

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

Una nueva vida

Esta película -estrenada y premiada en el Festival de Locarno- narra con lirismo y sensibilidad la intimidad de una joven que se instala en un enclave costero de Pernambuco.

El director de Un lugar al Sol y Doméstica narra -en el que fue su primer largometraje de ficción antes de la reciente Boi Neon- la historia de Shirley, una joven que abandona la vida urbana para cuidar a su muy anciana abuela en un enclave costero de Pernambuco.

La protagonista maneja un tractor en una plantación de cocos y tiene algo parecido a una relación (sobre todo de índole sexual) con Jeison, quien trabaja en el mismo lugar y también caza langostas y pulpos en las profundidades del mar.

El título hace referencia al clima de esa altura del año, en una zona azotada por fuertes tormentas y oleajes capaces de arrasar con todo. La llegada de un sonidista (interpretado por el propio Mascaro) para registrar los sonidos de los vientos y un mirada documentalista sobre la dinámica pueblerina (movilizada por el descubrimiento de un cadáver en descomposición) completan la ecléctica propuesta del director.

La belleza de la naturaleza nordestina, el encanto de los lugareños, algunas logradas irrupciones de humor, el juego del cine dentro del cine y ciertos climas no exentos de lirismo a la hora de reflexionar sobre las contradicciones entre tradición y progreso, entre la pérdida y la memoria, hacen de Vientos de agosto un valioso film.