Vergel

Crítica de Jessica Johanna - El Espectador Avezado

“Dicen que es el verano más caliente de los últimos cuarenta años”.
Es verano y eran vacaciones para una pareja brasileña hasta que la repentina muerte del hombre deja a su mujer en medio de un limbo esperando a que los tiempos de la burocracia le permitan volverse a su casa con el cuerpo de su marido.
Hace calor y el departamento en el que se está quedando, donde transitará su crisis emocional, cuenta con un vergel en su balcón, una cantidad abundante de plantas al mismo tiempo que le brinda una vista sobre algunos otros departamentos, hogares, personas desconocidas.
Mientras la mujer maneja su delicado tema como puede, generalmente tratando de ser tranquila y paciente, a veces explota en llantos o en gritos. En algún momento aparece una vecina de abajo que llega con el objetivo de regar las plantas y de a poco se va quedando con ella, acompañándola y también teniendo una relación algo más íntima; a la muerte que está transitando esta mujer se le suma la vida que desprende esta otra.
La película escrita y dirigida por Kris Niklison (“Diletante”) es un retrato sobre el dolor y la necesidad de poder dejar ir para poder dejar entrar. Y es además un film donde lo visual predomina y aporta vida (mucha vegetación, luz natural, frutas coloridas) en medio de algo que en realidad es como un momento previo a un duelo.
Entre llamadas a la funeraria y al juzgado, y unas llamadas extrañas que recibe de alguien que no conoce, en lo que realmente se enfoca Niklison es en lo que la mujer transita emocionalmente.
Y todo esto siempre desde ese departamento alquilado, el enfrentamiento de ella es siempre a través de una voz en el teléfono. La interpretación que entrega la actriz brasileña Camila Morgado es fundamental para la película, visceral y natural simultáneamente.
La argentina Maricel Alvárez, la otra actriz que la acompaña, también aporta mucho con su frescura. El resto, son voces, están pero no los vemos, los escuchamos, y sin embargo muchas de ellas terminan siendo fundamental para el destino de la protagonista.
Hay algo de absurdo también por momentos en el tono del estilizado film. Entre el desborde de los colores, los efectos visuales realizados por planos muy cercanos a objetos pequeños y sus destellos, y lo extraño de algunas situaciones que tiene que vivir.
Todo esto es lo que de a poco va convirtiendo en "Vergel", una película que con su historia fácilmente podría haber sido un drama convencional (y más aburrido) o algo muy teatral, en una narración sutil, amena, entretenida y divertida pero al mismo tiempo emocional y llena de vida, como ese balcón tan verde.
Niklison consigue una pequeña gran película, que combina un guión inteligente con un destacado trabajo de dirección. Así, Vergel es tan extraña como fascinante, dejando en evidencia que la belleza puede surgir también del más profundo dolor y no por eso resultar menos atractiva.