Una pareja despareja

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

Dos extraños amantes

Vi esta película en su estreno mundial, en el marco de la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes 2009, con los dos guionistas/directores y el mismísimo Jim Carrey presentándola sobre el escenario de la sala Stéphanie Théâtre Croisette. Me pareció -y lo escribí entonces- toda una audacia, no tanto para una propuesta independiente (el principal financista fue el todopoderoso productor francés Luc Besson) sino para las carreras, siempre tan cuidadas, de dos estrellas de Hollywood como Carrey y Ewan McGregor.

El tiempo me dio la razón: 15 meses después el film aún no se ha estrenado en los Estados Unidos, a pesar de que ha sido adquirido hace tiempo por un distribuidor de ese país ¿Autocensura? ¿Conservadurismo?

Aquí, por suerte, Una pareja despareja (un título local muy poco inspirado) llega finalmente a las salas comerciales y, por lo tanto, su lanzamiento merece ser saludado con especial énfasis. Tras la aprobación del matrimonio igualitario, estamos aquí en un ambiente social friendly para una película como de estas características

Inspirada en una insólita historia real, los guionistas de la notable Un Santa no tan santo debutaron en la dirección con esta desprejuiciada comedia negra de amor gay, plagada de millonarias estafas y engaños tan ingeniosos como delirantes, que transcurre en su mayor parte dentro de prisiones, de las que se escapan (y vuelven a entrar) los protagonistas/amantes interpretados por Carrey y McGregor.

Con un sólido guión y con actuaciones bastante arriesgadas (que incluyen besos apasionados y escenas extremas) por parte de los dos astros, se trata de una película de eficacia irregular en sus gags (hay más hallazgos que traspiés), pero muy disfrutable y con un inevitable, merecido destino de culto.