Una noche en el museo 3 - El secreto de la tumba

Crítica de Fredy Friedlander - Leedor.com

Pasamiento ideal para el verano con un dejo de nostalgia
“Una noche en el museo 3 – El secreto de la tumba” es casi con seguridad la última de una serie que arrancó en 2006 y tuvo su primera secuela tres años después. Todas fueron dirigidas por Shawn Levy (“Más barato por docena”, “Hasta que la muerte los juntó, aún en cartel), un realizador que no se destaca por su sutileza aunque sí por su eficacia comercial.
Probablemente este tercer capítulo supere en calidad al anterior, sin duda el más flojo de todos. Y ello es atribuible a un mejor aprovechamiento de alguno de sus actores, tanto reincidentes como debutantes en la serie. Entre los primeros cabe destacar al recientemente fallecido Robin Williams, aquí en un rol más protagónico y que al verlo nos produce cierta nostalgia.
Como siempre todo gira alrededor de Ben Stiller aunque en esta oportunidad se lo nota más contenido sobre todo cuando vuelve a interpretar a Larry Daley, el guardia nocturno del Museo de Ciencias Naturales de Nueva York. Para quienes prefieren su veta más cómica, Stiller nos reserva un segundo personaje cuyo nombre Laaa cuadra perfectamente con lo que representa. Es un troglodita, una de las tantas figuras que cobran vida por la noche en el museo.
Quienes hayan visto las películas anteriores no se sorprenderán al reencontrar al minúsculo vaquero Jedediah (Owen Wilson) y su compañero Octavius (Steve Coogan). Tampoco los sorprenderá el huno Atila (Patric Gallagher) o la india Sacajawea (Mizuo Peck), ni Ricky Gervais como el director del museo.
Como en este caso el grueso de la historia gira alrededor de la tabla egipcia que da vida a los “habitantes” del museo tendrá un rol más significativo Rami Malek como Alkmenrah y aparecerá su padre (Merenkahre), en lograda interpretación de Ben Kingsley.
El comienzo de “Una noche en el museo 3” ambientado en Egipto es quizás la parte menos lograda del film, aunque cumple su objetivo al explicar el extraño comportamiento de la tabla traída desde ese país. Y explica también porque se deberán desplazar varios de los personajes al British Museum de Londres.
La australiana Rebel Wilson (“La boda de mi mejor amigo”, “Despedida de soltero”) en el rol de la cuidadora del museo inglés protagonizará algunos de los momentos más divertidos de la segunda parte que levanta la puntería de la hasta allí algo convencional trama. No desentona tampoco el poco conocido Dan Stevens como Sir Lancelot. Y hay momentos risueños como aquél en que cuando Robin Williams se le presenta como Teddy Roosevelt, Lancelot que es de otra época le espeta un “I have no idea what that means”.

“Una noche en el museo 3” cae en un momento ideal cuando muchos están sólo pensando en descansar y quitarse el inevitable stress que han venido acumulando previo a las vacaciones. Es apenas un pasatiempo de razonable y hoy poca duración (hora y media) y que además brinda la oportunidad de ver a Robin Williams y Mickey Rooney, dos grandes del cine que recientemente nos han quitado. Pero también de reencontrarnos con un increíble y jovial Dick van Dyke, quien a fines de este año cumplirá noventa años.