Un tango más

Crítica de Gustavo Castagna - Tiempo Argentino

Te amo, te odio, bailemos otra vez

Un tango más es una película que va más allá de los excelsos bailes y de su estética for export, que tanto placer causa en un espectador foráneo aferrado a la belleza de una postal turística y de un pin alusivo. En efecto, los maravillosos Nieves y Copes, en blanco y negro y en color, en fotos de época y en recuerdos y testimonios, conformaron la gran pareja milonguera durante medio siglo. Entre viajes al pasado, anécdotas y retornos a lugares en donde el dúo conoció el éxito, el documental Un tango más entrega una mirada, transparente y concisa, sobre aquellos viejos (y buenos) tiempos. Pero el cine también es azar, encontrarse con algo inesperado que no estaba planificado en la preproducción. El director argentino Germán Kral, residente en Alemania, productor ejecutivo de Pina de Wim Wenders y conocedor de las reglas tangueras, de "las de antes y las de ahora", ya había explorado a la canción ciudadana con El último aplauso (2009) tensionando hasta donde se podía la confrontación entre film de exportación y película con un espectador local y cautivo.
La nueva propuesta de Kral se encamina hacia ese punto, pero agrega un plus extraordinario al recorrer la hermosa historia de amor, con engaños y frustraciones aun a flor de piel entre María Nieves y Juan Carlos Copes. De allí que la imagen de la traicionada mujer se imponga a otra clase de discurso. Esa historia de pasión y desamor, como si se tratara de una letra tanguera de las más emotivas sobre el tema, provoca que el documental adquiera un impensado cariz, reflejándose en la pareja y su intimidad por encima de su historia en las pistas y su triunfo por estas tierras y en el extranjero. "No me pidas más que hable de él, ya está", expresa Nieves a cámara, tratando de olvidar a su pareja de baile, en donde lo público y lo privado adquieren una perfecta combinación.
Como ocurriera hace un par de meses con Salgán & Salgán, daría la impresión de que el tango tiene nuevas historias que contar, no sólo desde la música sino a través de las bambalinas, con el director espiando por el ojo de la cerradura a una serie de personajes falibles, imperfectos, contradictorios. ¿Se estará ante el lado oscuro del tango?