Un sueño hermoso

Crítica de Maximiliano Curcio - Revista Cultural Siete Artes

Para su película “De eso no se habla” (1993) -a la postre sería su último largometraje- María Luisa Bemberg emitió un anuncio publicitario, en donde requería los servicios actorales de una enana. Así, literalmente, este aviso circuló en los medios hasta que Alejandra Podestá respondió al mismo, convirtiéndose en la protagonista de una película que contaría en su elenco con el galán italiano Marcello Mastroianni.
Este documental, dirigido por Tomás de Leone, se vale de valiosos testimonios de varias personas pertenecientes al círculo íntimo de Alejandra, quien fuera trágicamente asesinada en el año 2011. Para su reconstrucción, abunda en material de archivo y también apela a la recreación de situaciones de la protagonista que pusieran en evidencia rasgos de su mundo íntimo y afectivo. Aquí, la tarea del director se vuelve sumamente sutil. Visual y narrativamente, el film adquiere un vuelo plástico y dramático propio, sin anclarse en el mero hecho ilustrativo de incidir en el lugar común para retratar a un personaje singular. Por el contrario, presenta un atractivo mundo climático que ahonda en las personalidades de sus protagonistas.
“Un sueño hermoso” nos retrotrae al rodaje de esta película y su mirada sensible persigue un eco emotivo en el espectador. Pretende también ser un homenaje a un bello ser como Bermberg, directora pionera de nuestra industria cinematográfica. María Luisa Bemberg (nacida en 1922 y fallecida en 1995) fue una directora de cine y guionista, destacándose como gestora de películas con temáticas referidas a la emancipación y reivindicación de la mujer, aspecto que la convirtió en una adelantada a su tiempo. Su película “Camila”, que causara tanta polémica como alabanzas a su estreno en 1984, fue elegida para competir por el Premio Óscar como mejor película extranjera, un hito infrecuente dentro de la historia del cine argentino.
Este documental, nos sitúa en 1992, en plena filmación de “De eso no se habla”, una grandiosa co-producción italiana que contaba con un elenco de lujo, entre quienes se recuerda a figuras de la talla de Luisina Brando, Jorge Luz, Mónica Villa, Betiana Blum, Roberto Carnaghi, Tina Serrano y Juan Manuel Tenuta. Ambientada en los años ’30, la mencionada Alejandra Podestá encarnaba a la hija de la protagonista, un ser dotado de extrañeza y melancolía, víctima de su sentimiento de segregación del resto del mundo. Acaso, esta ha sido la especialidad de una directora sensible, fundadora de la Unión Feminista Argentina, y que potenció su cine como una herramienta para visibilizar las problemáticas sociales de la mujer de su tiempo.
Lo interesante del realizador, retomando esta crónica que forma parte de la historia reciente de nuestro cine, es la puesta en presente del acto arriesgado que asume una directora monumental, poniendo en discusión el encuentro entre dos mujeres antagónicas. Meritorio resulta el salto artístico de Bemberg al incluir en su historia a una protagonista que no había tenido ningún elemento previo como experiencia actoral ni bagaje en el ámbito cinematográfico y como repercutió en ésta. Internándose en la psiquis del personaje de Alejandra, “Un Sueño Hermoso” traza líneas psicoanalíticas en un abordaje que abreva en ilusiones frustradas, deseos postergados y finales trágicos.