Un suceso felíz

Crítica de Fredy Friedlander - Leedor.com

El director Rémi Bezancon se dio a conocer localmente con su segundo largometraje (“Amor en familia”), estrenado hace apenas dos años.

Ahora regresa con su última película cuyo nombre local “Un suceso feliz”, fiel traducción del original (“Un heureux événement”), resulta en verdad engañoso e irónico a la vez.

El título alude a la dicha que supone para la pareja de Nicolás y Bárbara el embarazo por ambos buscado y acaecido a pocas semanas de su encuentro casual en el videoclub donde él trabaja. La escena inicial en la que ella elige y él recomienda célebres películas tales como “Un hombre y una mujer”, “La gran ilusión” o “Con ánimo de amar” de Wong Kar Wai es todo un guiño cinéfilo. Y los títulos de esos films aluden ingeniosamente a lo que pasa por la cabeza de ambos jóvenes.

Pero a medida que avanza el embarazo la felicidad inicial irá derivando hacia una situación no tan promisoria, sobre todo cuando empiecen a tallar los familiares de la pareja. La madre de Bárbara, que interpreta Josiane Balasko (“Demasiado bella para mí”, “Cama para tres”, “El encanto del erizo”) se revelará pronto una pesada carga. Pero peor será cuando, luego de un parto algo complicado, tanto ella como su consuegra se inmiscuyan en el proceso de alimentación de la pequeña Lea. La situación alcanzará su punto más dramático cuando la suegra le traiga a Bárbara la antigua máquina “sacaleche” que usó para amamantar a Nicolás, hasta la edad de cinco años. Será el momento en que la esposa afirme a su marido convencidamente que la suegra la odia.

Bárbara, brillante estudiante de filosofía no avanzará en su tesis y su jefe le dirá que ha sido decepcionado y no le renovará su cargo docente. Por otra parte desaparecerá en ella el deseo sexual hacia su pareja, cuyo contacto le producirá fastidio. Llegará el momento en que Nicolás plantee la posibilidad de una separación. Tampoco ayudará un “Club de la leche” integrado por madres recientes con curioso parecido al de los “alcohólicos anónimos”.

Habrá varias idas y vueltas y una resolución que no conviene revelar. Quizás algún espectador encuentre ciertas reiteraciones que pudieron evitarse, pero las buenas interpretaciones salvan al conjunto. Conviene seguir de cerca al dúo de actores central. Louise Bourgoin (Bárbara) es bonita y muy expresiva y su carrera como actriz es relativamente reciente. Pio Marai (Nicolás) tiene un aire que recuerda al Romain Duris de hace unos diez años. En el reciente Festival de Cannes tuvimos oportunidad de verlo en “Aliyah”, una de las más interesantes películas de la Quincena de Realizadores. A destacar también Firmine Richard, en el rol de la partera, una actriz veterana nacida en Guadalupe que debutar nada menos que junto a Daniel Auteuil en “Mamá, hay un hombre blanco en tu cama” (“Romuald & Juliette”).