Un momento de amor

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Vuelve Marion Cotillard, vuelve la magia. Después de la discutible "Allied" (de la que sólo ella se salva), tenemos aquí una realización de una actriz y directora prestigiosa en Francia, Nicole Garcia, quien elige adaptar la novela de la italiana Milena Agus "Mal de pierres". La trama está ambientada en los años 50' cuando una mujer, Gabrielle (Cotillard) contrae matrimonio sin estar enamorada.
Ella desde el comienzo se muestra atravesada por el sexo y transgresora a tal punto que su familia le impone un camino drástico. O se casa o terminará institucionalizada. Lo cierto es que esta circunstancia la empuja a casarse no en los mejores términos. Práctica habitual en su medio en ese tiempo, esto genera un ruido fuerte en su relación con el español asilado en Francia, José (Alex Brendemuhl a quien viéramos en "Wakolda" y "Truman"), su esposo.
El no entiende demasiado de lo que le sucede a su mujer y está preocupado por ayudarla, honestamente. Es así que la envía a una cara clínica suiza para tratarse de una dolencia en los riñones (de ahí el título original) en su idea de que eso puede afianzar su relación de cara a agrandar eventualmente a la familia.
Gabrielle dará en el spa para rehabilitarse, con un oficial, André Sauvage (Louis Garrel), quien viene de la guerra en Indochina con graves problemas de salud. El es un alma sensible, toca el piano y... se enamora rapidamente de la indómita mujer. El tema será cuando a ella le den el alta y tenga que regresar a la vida monótona y gris que le ofrece su relación con el pobre José.
La historia se sostiene por el increíble magnetismo del personaje central. Me atrevo a decir que no es esta una historia puramente romántica, sino que muestra el interior de una mujer desfazada de su tiempo y esa circunstancia que la invade. Gabrielle es un ícono de sexualidad contenida que busca manifestarse. Y está en el lugar equivocado, en un mal momento.
García lleva el tema con oficio, hay mucho de Cotillard en pantalla (y eso es siempre bueno) y la película es entretenida aunque un poco extensa en su recorrido. No siempre da la talla dramática pero sí se muestra clara en su propósito y está bien contada. Cotillard, va camino a convertirse en leyenda para su país. Este film quizás no le reporte tanto prestigio pero consolida su imagen de actriz comprometida con las historias profundas.