Un importante preestreno

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

Avatares de la cinefilia (y del país)

Un documental muy disfrutable sobre las vicisitudes del negocio cinematográfico y de los amantes del cine en tiempos de censuras y destapes.

El reconocido guionista y conductor radial Santiago Calori (se) propone en Un importante preestreno la reconstrucción de los avatares de la cinefilia (y del país) desde los míticos años ‘60 (con los cineclubes y las salas de la “L”) hasta la primavera democrática alfonsinista y el destape luego del oscurantismo de la dictadura militar.

Podrá decirse que la estructura es básica (muchas talking heads) y hasta un poco televisiva, que falta más archivo de las distintas épocas (la memoria, se sabe, no es un fuerte de los argentinos), pero el recorrido es siempre simpático y divertido (aun cuando la censura de Miguel Paulino Tato y la represión de los gobiernos militares le den al tema un tinte por momentos trágico).

Por los 72 minutos de Un importante preestreno desfilan distribuidores, exhibidores, coleccionistas, cinéfilos: desde Bernardo Zupnik hasta Fernando Martín Peña, pasando por Luis Lavalle, Fabio Manes, Pascual Condito, Axel Kuschevatzky y algunas presencias un poco antojadizas como Daniel Melero o Bobby Flores. Algunas anécdotas son bastante conocidas (Claudio María Dominguez y Déjala morir adentro), pero más allá de sus convencionalismos se trata de un documental decididamente disfrutable.