Un gran dinosaurio

Crítica de Santiago García - Leer Cine

Clementesaurio

Pixar tiene un nivel de calidad en sus films tan elevado, que cuando algo no sale realmente muy bien, la sensación de decepción es mucho mayor que con cualquier otro estudio. Tal es el caso de Un gran dinosaurio, la nueva película de Pixar y Disney. La película posee elementos visuales increíbles, de una calidad asombrosa. Tan buena es por momentos la animación que hasta uno se olvida que se trata de un film creado con tecnología digital. No en los personajes, que son de caricatura, sino en los paisajes, que son verdaderamente impresionantes. Los árboles, las tormentas, los ríos, todo está logrado de una manera nunca vista. Con ese nivel, uno imaginaría que una película no debería fallar, pero aun así, la película tiene varias debilidades. Pero primero vayamos a la historia. El protagonista de la película es un joven dinosaurio (muy parecido en su cara a Clemente, el personaje de historieta creado por Caloi) que desde su nacimiento es más pequeño y menos valiente que sus hermanos mayores. Su hermana y su hermano, han crecido más y logran tareas complejas que él no consiguió. En una familia de dinosaurios totalmente personalizada, el pequeño intenta abrirse paso pero fracasa cuando le encargar terminar con un animal que se roba la cosecha. Ese animal es un niño humano. Así como los dinosaurios parecen personas en esta historia, los humanos parecen animales. Por una vuelta de guión previsible pero que igualmente no contaremos acá, el niño humano y el joven dinosaurio vivirán una aventura espectacular mientras este último busca el regreso a su hogar. Muchas veces estarán en riesgo ambos y no faltan escenas entretenidas en la historia. El problema es que lo visual funciona y las escenas son divertidas, pero lo que falta es lo que hace de Pixar el mejor estudio de animación del cine actual. Le falta la sofisticada inteligencia de films como Toy Story, Up o la más reciente Intensamente. Debido a esa ausencia de sofisticación, la película tampoco consigue el objetivo de emocionar, aunque lo intente. La sucesión de momentos divertidos nunca alcanza para que la película tenga esa personalidad que suelen tener las grandes películas. Una última rareza es como la película, mayormente enfocada al público más pequeño, tiene varias escenas para espectadores más adultos. Son estas incongruencias las que hacen de Un gran dinosaurio una película muy menor, demasiado estándar para un estudio que ha cambiado la historia del cine de animación. Un gran dinosaurio no se sabe si es cabeza de ratón o cola de león. Eso no suele pasar con Pixar y no es una buena noticia.