Regreso con gloria

Crítica de Diego Batlle - La Nación

Tiempos de caza de brujas y listas negras

Dalton Trumbo fue un brillante novelista y guionista con una auténtica "vida de película". Tanto es así que Regreso con gloria no es otra cosa que una biopic con una estructura clásica: ascenso, esplendor, derrumbe y redención.

Trumbo fue uno de los Diez de Hollywood, artistas (en su mayoría guionistas) afiliados al Partido Comunista que en 1947 se negaron a delatar a otros compañeros durante las audiencias del Comité de Actividades Antiestadounidenses lideradas por el senador Joseph McCarthy por lo que debieron purgar varios meses en prisión y se vieron impedidos de trabajar en la industria (muchos terminaron escribiendo con seudónimos en condiciones humillantes).

Correcta y algo convencional (hay demasiados lugares comunes propios de este subgénero), Regreso con gloria se nutre del oficio de Jay Roach (director de comedias como la saga de Austin Powers, La familia de mi novia y Locos por los votos) y, sobre todo, de la convincente interpretación de Bryan Cranston (sí, el protagonista de la serie Breaking Bad).

Sin embargo, más allá de la conmovedora historia de integridad de Trumbo, de los guiños cinéfilos (por allí aparecen Edward G. Robinson, John Wayne, Louis B. Mayer, Kirk Douglas y Otto Preminger), de la buena reconstrucción de una época marcada por la persecución, la hipocresía y la paranoia, y de algunos chispazos de humor (buenos secundarios de Helen Mirren, Louis C.K. y John Goodman), Regreso con gloria deja una sensación agridulce porque por un lado entretiene con recursos nobles, pero por otro no sorprende y hasta resulta demasiado previsible.

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En tiempos de cazas de brujas y listas negras como la segunda mitad de los años 40 y toda la década de 1950, Trumbo debió permanecer en las sombras (no siquiera pudo recibir los premios Oscar que ganó -sin figurar en los créditos- por La princesa que quería vivir y El niño y el toro), pero pudo sobrevivir entre carencias y desprecios sin traicionar ni traicionarse. El regreso con gloria al que alude el título de estreno local hace justicia con un hombre fiel a sus convicciones que finalmente tuvo el reconocimiento que siempre mereció y que durante tanto tiempo le negaron.