Tres

Crítica de Santiago García - Tiempo Argentino

Cómo equilibrar el triángulo

Tom Tykwer entró en la historia del cine cuando hizo esa película divertida y vital llamada Corre, Lola, corre. Su energía y sus ideas pasaron por varios títulos interesantes y siempre dividiendo aguas. Algunos lo admiraron desde el comienzo y otros lo calificaron como otro vendedor de humo más. Aparentemente perdido para siempre por el bodriazo El perfume, Tykwer sorprendió hace unos meses cuando se estrenó Cloud Atlas, un film codirigido por él y los hermanos Wachowski.

Pero antes él ya había filmado Tres (no confundir con el gran film uruguayo estrenado el año pasado) un drama ambientado en Berlín, donde una pareja en sus 40 ve alterada su rutina y su aburrimiento al enamorarse ambos del mismo hombre. Yo no desconfío de Tykwer como cineasta (excepto por el film ya mencionado) pero aun con su oficio los logros que aquí obtiene son escasos. Las ideas se van diluyendo para convertir al film en una rutina tan pesada como la que parecía aplastar a los protagonistas en las primeras escenas de la película.
Sorprende que la facilidad con la cual films supuestamente innovadores a nivel ideológico sean todavía tan inocentes e irrelevantes. Cualquier comedia de Ernst Lubitsch (director alemán que comenzó los primeros años de la historia del cine) tiene más transgresión, autenticidad y por supuesto ligereza de lo que esta pomposa película de Tom Tykwer posee. No es que el director haya llegado un poco tarde –si fuéramos estrictos llegó 100 años tarde– sino que ni siquiera tiene la gracia o la simpatía de otros directores que ya pasaron por ahí. La escena final de la película es de una obviedad tan tonta y el remate es tan feo que uno se pregunta no sólo dónde quedó la gracia de este realizador, sino dónde han ido a parar los grandes nombres del cine alemán. «