Tres tipos duros

Crítica de Agustín Neifert - La Nueva Provincia

Tipos duros y melancólicos

En 1986 Jeff Kanew dirigió Dos tipos duros (Tough guys ), sobre dos gangsters ex convictos interpretados por Burt Lancaster y Kirk Douglas, que fueron condenados a treinta años de prisión por asaltar el tren de lujo "Gold Coast Flyer" y al recuperar la libertad, pretenden aprobar lo que consideran su asignatura pendiente.
En 2000 Michael Dinner realizó Los mafiosos (The crew ), sobre cuatro gangsters "jubilados" que no aceptan abandonar el hotel donde viven, cuyo dueño decidió modernizarlo, y para ahuyentar a los potenciales nuevos pasajeros roban un cadáver de una funeraria, lo acribillan a balazos y lo colocan en el lobby del edificio.
En 2012 el actor y director Fisher Stevens, de recordada participación en la saga Circuito 1 y 2 , convocó a otros tres gangsters veteranos y de poca monta, y los sigue con su cámara durante toda una noche que, quizás, puede ser la última.
El más equilibrado es Doc (Walken), que habita un departamento, posee un automóvil y con él va a buscar a Valentine, apodado Val (Pacino), quien luego de veintiocho años de cárcel recupera la libertad. Luego van a buscar a Hirsch (Arkin), que vive en un asilo y en los "buenos viejos tiempos" oficiaba de chofer de la banda.
Para ellos ninguna puerta es inviolable. Pasan por una farmacia para hacerse de medicamentos y algo más, también por un prostíbulo y auxilian a una prostituta que fue violada por varios maleantes y tiene debilidad --dice-- por la música de Cascanueces.
Aunque se trata de una comedia policial, el acento no está puesto en el humor, sino en la tensión emergente de una amenaza que desde el inicio de la historia pende sobre sus cabezas, cuando un capomafia exige a uno de ellos ejecutar a otro, para cobrarse una deuda de sangre.
En el filme de Dinner, uno de los personajes afirmaba muy suelto de cuerpo que "los mafiosos siempre arruinan todo". Algo similar ocurre en este filme, aunque ellos procuran defender su dignidad, a balazos si es necesario, ayudan a los más débiles y hacen de la amistad un culto.
Hay mucho de melancolía crepuscular y de nostalgia por una época de gangsterismo que los había hecho "felices" y prodigado reservas para subsistir en la vejez. Pero parece que los tres están dispuestos a rifar todo su pasado en una sola noche.
El principal crédito de este filme, de modestas pretensiones, es la presencia de los tres actores, cuyos personajes se permiten parodiar sus debilidades físicas y su decadencia como delincuentes.
Resulta gracioso observar la disposición a la aventura de Arkin, las observaciones cargadas de ironía de Walken y las gesticulaciones de Pacino, que a pesar que su personaje transita un estado calamitoso, conserva la suficiente cordura para aconsejar bien a su gran amigo Doc.
Como dato adicional, cabe decir que Fisher Stevens ganó en 2010 un premio Oscar de la Academia de Hollywood por su documental The Cove, donde fustiga a los japoneses por la descarada matanza de delfines.