Tres en la deriva del acto creativo

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

Yuyo, Tato y Pino. Además de coincidir en apodos de cuatro letras, el artista plástico Luis Felipe Noé, el actor, dramaturgo y psiquiatra Eduardo Pavlovsky, y el cineasta Fernando Solanas fueron amigos durante más de medio siglo, más precisamente desde la época de La hora de los hornos y el posterior exilio forzoso. Dos de ellos ya no están físicamente entre nosotros (Tato murió en 2015 y Pino, hace poco más de un año), pero Tres en la deriva del acto creativo surge como una celebración póstuma de esa amistad, de la militancia, del amor por el arte, de la resiliencia, de la paternidad. Algo desprolija porque acumula cual retazos materiales de diferentes épocas, orígenes y calidades técnicas, pero decididamente emotiva, la película es también un tributo y un legado para sus hijos, sus esposas y las nuevas generaciones.

El corazón del film es un (re)encuentro de los tres amigos para -copas de tinto mediante- charlar sobre la vida y el arte. Luego, sí, se suman distintos materiales de archivo y registros de Noé pintando, de Solanas filmando y de Pavlovsky montando una obra teatral; aparecen las mujeres que los han acompañado durante muchos años (Nora Murphy, Angela Correa y Susy Evans) y los hijos varones que también se han dedicado al arte (Gaspar Noé y Juan Solanas son directores de cine, mientras que Martín Pavlovsky es un reconocido músico).

El exilio en París, la influencia de padres a hijos, el compromiso político y, claro, la exploración de ese tan enigmático proceso creativo de cada artista son algunos de los tópicos que dominan este documental que encuentra su pico emotivo en la forma -cariñosa y desgarradora a la vez- en que Pino filma a su amigo Tato en los últimos tiempos del creador de El señor Galíndez, Potestad y Rojos globos rojos, quien asegura que lo que más le importa es seguir viviendo.

En otro momento, Solanas dice que lo que siempre lo ha motivado es continuar trabajando, teniendo proyectos y seguir haciéndose preguntas. Tres en la deriva del acto creativo es una demostración contundente de esas búsquedas y objetivos que marcaron la existencia y la carrera de un cineasta esencial.