Tótem

Crítica de Gustavo Castagna - Tiempo Argentino

Un elogio de la contemplación

La mirada de la joven realizadora Franca González muestra un documental exigente, contemplativo y luminoso .

En cualquier película, entre otras cuestiones, interesa el lugar que ocupa el director desde la cámara, es decir, su mirada en relación a aquello que muestra. Se trate de un documental, de una ficción, o de una simbiosis entre ambos términos, los dos films de Franca González respetan esa condición indispensable para que se aborde un tema determinado.
En Al fin del mundo se describe una rutina pueblerina bien al sur argentino donde el paisaje cobra protagonismo desde las primeras imágenes. Ocurre que en Tolhuin, a puro invierno, nieve, viento y frío atroz, vive un hombre que desea alterar el contexto al preparar un carnaval que altere la parsimonia y las ganas por irse de los habitantes del lugar. González contempla con su cámara las mínimas acciones y palabras de un sitio que parece detenido en el tiempo, donde el audio procedente de la radio cobra mayor énfasis que las voces de los lugareños.
Por su parte, Tótem trabaja sobre los mismos tempos narrativos, inclinando sus propósitos en la descripción de otro pueblo, ubicado en la isla de Vancouver, cerca de Alaska. Allí se destaca Stan Hunt, un tallador de cedros que trabaja de manera obstinada en la conformación de un figura de piedra que deberá viajar en barco para arribar a estas playas. La mirada de la cineasta, otra vez, profundiza el rigor de la puesta en escena, dejando que el relato fluya desde lo mínimo para llegar a lo trascendente, en este caso, fusionando la labor de Hunt a las referencias milenarias de su objeto en construcción.
Como sucede en algunos de los mejores exponentes del documental de las últimas décadas (por ejemplo, El sol del membrillo de Víctor Erice y En construcción de José Luis Guerín), las dos películas de Franca González reúnen en un mismo punto la obsecuencia de un personaje por llegar al final de su objetivo con su triunfo personal, al fin y al cabo, una victoria democrática que a través de las imágenes se pone al alcance de todos. Cine exigente y contemplativo, pero también luminoso.