Tortugas ninja

Crítica de Santiago García - Tiempo Argentino

Más músculos y poca pizza

Donatello, Raphael, Michelangelo y Leonardo vuelven a contar su historia, esta vez desde el comienzo, en una nueva película en 3D donde lo que predomina es la confusión.

Las Tortugas Ninja nacieron como una historieta paródica. Su éxito las llevó a convertirse en una serie de televisión a finales de los '80 y otras tres series diferentes se inspiraron también en estos personajes. En 1990 se realizó una extraña, algo absurda pero finalmente simpática adaptación cinematográfica. Tuvo dos secuelas olvidables y en el 2007 apareció una nueva adaptación, pero en lugar de muñecos, con un regreso a la animación. Tampoco esa versión estaba tan mal, era aceptable y fiel a las series de TV en muchos aspectos. No faltaron videojuegos, claro, e incluso juegos de rol. Lo que se estrena ahora es un nuevo comienzo, donde nos cuentan –o calamidad– el origen de toda la historia de las Tortugas Ninja. Sí, desde el comienzo. Bastaría saber que el nombre original es Tortugas Ninja Adolescentes Mutantes para saber que no hay que tomarse las cosas muy en serio. Las referencias renacentistas en los nombres de los cuatro héroes y su mentor rata también le agregan algo de excéntrico absurdo. Pero las noticias para esta nueva aparición de los personajes son malas. El tono de la película no logra definirse bien y la historia carece de cualquier interés. La simpleza casi infantil no logra encajar con estas tortugas ninja más realistas, más musculosas y más oscuras. Es verdad que tienen un humor pueril y que siguen siendo ridículas pero –maldición del doblaje mediante– los chistes no funcionan a ningún nivel, ni como simples ni como irónicos, ni con citas cinematográficas o televisivas. Hasta duele escucharlas. ¿Y los actores? Megan Fox como April O'Neill tampoco encaja, no da para el personaje en ningún momento y su escasa simpatía o talento no ayudan a que nos caiga bien. Elegida por ser un sex symbol poco tiene que hacer en este contexto. Su elección es parte de la confusión que reina en este proyecto. Como film infantil divertido, no funciona, como película de acción, aun menos, no tiene un solo tema interesante ni plantea subtramas que le aporten complejidad. El éxito de la película se sostiene solamente por el público cautivo que los personajes han conseguido a lo largo de los años. Lo peor es que ese éxito con el que arrancó en la taquilla de Estados Unidos amenaza una segunda parte. El único consuelo es que no podrá ser peor que esta película.