Top Gun 2: Maverick

Crítica de Denise Pieniazek - Puesta en escena

"Los hombres también lloran"
Después de su reciente premiere mundial en el Festival de Cine de Cannes, ha llegado a las salas de cine argentinas Top Gun Maverick, secuela del exitoso filme protagonizado por Tom Cruise.

“Algunos de nosotros tenemos grandes pistas ya construidas para nosotros.
Si no tienes una, date cuenta de que es tu responsabilidad agarrar una pala
y construir una para ti y para aquellos que te seguirán.”
Amelia Earhart

Más de treinta años después de Top Gun (1986) dirigida por Tony Scott, quien falleció en el 2012, una de las razones por las cuales el proyecto iniciado en 2010 se demoró, llega su secuela titulada Top Gun Marverick (2022). Esta nueva entrega realizada por Joseph Kosinski y protagonizada nuevamente por Tom Cruise, en uno de los roles más célebres de su carrera actoral, es dedicada a la memoria de Tony Scott. El nuevo largometraje mantiene el espíritu de Top Gun, una película que sin dudas se destacó en la década del ´80, al igual que su emblemático soundtrack, logrando quedar en el recuerdo de varias generaciones que crecieron con dicho filme, ya sea a través del cine o posteriormente mediante la televisión.

Generalmente se dice que las segundas partes no son buenas, sin embargo, Top Gun Maverick (2022) es afortunadamente una excepción a dicha regla, incluso se considera que en cuanto al nivel de la acción y la intriga quizás hasta sea superadora. Esto quizás se deba en parte a su lograda actualización, la cual logra agiornar acertadamente la esencia de Top Gun. Por otro lado, la excelencia técnica de su filmación junto a las escenas rodadas especialmente para salas de cine IMAX, sin dudas hacen la diferencia en cuanto al efecto de realismo imprescindible en las escenas aéreas y de acción.

Pero no es sólo cuestión de la técnica, el guión y la acertada visión actual del protagonista por parte de Tom Cruise (también productor del filme) hacen la verdadera diferencia. En Top Gun Marverick, Pete Mitchell, conocido por sus colegas como “Maverick” (Cruise)- cuya traducción al español significa disidente- continúa siendo un rebelde que se rehúsa a ascender en su carrera dentro de las fuerzas aéreas de la marina norteamericana. Todo cambia cuando es llamado por un superior (Jon Hamm), para cumplir con una misión, que dista de lo que él espera, debiendo regresar para ello a Top Gun donde deberá enfrentarse con los “fantasmas” del pasado, entre ellos el hijo de su fallecido colega Goose. La tarea de Maverick, que involucra a la OTAN, consiste en capacitar a un grupo de élite de jóvenes pilotos, cuyo target a eliminar se encuentra en una sede de complicado acceso, cuya pertenencia geopolítica no se explicita ni profundiza. Al parecer, el relato opta por no involucrarse en cuestiones políticas actuales, sino en resaltar el carácter humano y sentimental de la cuestión. La única mención que se hace al respecto es al condensar información sobre el pasado de Maverick quien ha servido en Bosnia e Irak.

Es pertinente al analizar la obra, reflexionar sobre el texto-estrella de Cruise como un ícono de masculinidad heroica configurada principalmente dentro del género de acción. Tal como pronuncia dentro de la narración el personaje que interpreta convincentemente Ed Harris, Maverick es un piloto del cual “su especie está en extinción”. Esta misma idea puede trasladarse a la carrera actoral de Cruise, que es uno de los últimos héroes de acción cinematográficos de su generación, quien, con sagas de hitos de su carrera, mantiene vigente las expectativas de sus fans. En este caso, de la que ocupa la octava posición en su filmografía que actualmente data de cincuenta rodajes aproximadamente. En dicho sentido, la rebeldía constitutiva de la psicología del personaje sigue vigente, pero alcanza su madurez en paralelo con la del actor. Uno de los aciertos de Top Gun Marverick es el coherente y verosímil desarrollo del estatuto de protagonista después de treinta años. De igual modo, la participación especial de Val Kilmer repitiendo su papel de Tom “Iceman” Kazansky, ahora almirante detrás de la reasignación de Maverick, también acerca la ficción a la realidad al tener que interpretar a un hombre enfermo y, en lamentablemente, el ocaso de su carrera. La fusión de ambos estrellatos se plasmará en un abrazo entre Iceman y Maverick que conmueve cálidamente al espectador, sin caer en el fan service banal.

Mientras que en Top Gun se representaba una masculinidad asociada a la rudeza, el exitismo y el heroísmo, en Top Gun Maverick la milicia es construida desde la emoción y la fraternidad. En el pasado la tradición intentaba perpetuar que “los hombres no lloran”, y mucho menos los hombres del servicio militar. En contraposición, en el presente filme no sólo todo rango de integrantes del ejército se emociona hasta las lágrimas, sino también se apela a la empatía y sensibilidad del público. Asimismo, a tono con la ideología actual la película se actualiza representando un equipo de aviadores diverso, compuesto por hombres y mujeres de distinta procedencia étnica y cultural, sin caer afortunadamente en la obviedad ni en el exceso de la falsa corrección política actual que presentan algunas producciones del mainstream. En conclusión, mediante su dinámico ritmo -tanto desde la acción como desde el montaje-, su constante emoción y energía, su acertada dosificación de la información y logrando construir dos clímax tensionales, Top Gun Maverick es una propuesta entretenida y llena de emoción que merece ser vista en la experiencia que solo una sala de cine puede enaltecer.