Todo sucede en Tel Aviv

Crítica de Santiago García - Leer Cine

Todo sucede en Tel Aviv (Tel Aviv on Fire, Israel/Francia, 2018)es una comedia a la que se le cambió el título local para que no hubiera ambigüedades inquietantes. Su protagonista es Salam, un buscavidas palestino de alrededor de treinta años que vive en Jerusalén y trabaja en el set de la famosa telenovela palestina Arde Tel Aviv, producida en Ramallah. Su rol es de asesor de idioma, él debe dar cuenta de que la telenovela tenga las pronunciaciones y expresiones correctas.

Para poder llegar a los estudios de televisión, Salam debe pasar por un estricto control israelí. Allí trabaja Assi, el comandante a cargo del puesto, cuya esposa es fan de la telenovela. En una detención Salam exagera su importancia en la telenovela y Assi empieza a opinar sobre el guión. Sin proponérselo, ambos hombres cambiarán la historia de la novela, alterando el guión original con sus sugerencias. Assi descubre una vocación de guionista y a través de él Salam consigue ser tomado en serio por los productores.

Es una comedia ligera, bastante inverosímil pero claramente simpática. Recuerda en muchos aspectos a la película de Woody Allen Disparos sobre Broadway (1994) de Woody Allen, aunque nunca se vuelve brillante ni alcanza un ritmo alocado. Simplemente es una vuelta de tuerca más para retratar la situación de Oriente Medio mientras parece que se está hablando de otra cosa. Ambos personajes se benefician mutuamente, aunque esa amistad laboral tal vez termine metiéndolos en algún problema. Nada grave, después de esto, porque el Tel Aviv en llamas se refiere a la rocambolesca trama de la telenovela más que a lo que ocurre en la película. Los que hayan visto muchas series o películas israelíes reconocerán muchos rostros conocidos.