Tini - El gran cambio de Violetta

Crítica de Jessica Johanna - Visión del cine

Juan Pablo Buscarini dirige la película de Tini: El gran cambio de Violetta, en la que el personaje de Martina Stoessel se convierte finalmente en ella misma.
La serie de televisión de Violetta logró un éxito difícil de predecir. De repente, su nombre e imagen se vio en diferentes partes del mundo, incluso en merchandising como remeras o cuadernos.

Martina Stoessel interpreta allí a una adolescente que regresa a Buenos Aires tras varios años de vivir en Europa, y decide dejarse llevar por su vocación, la música. Ahora, Tini: el gran cambio de Violetta, dirigida por Juan Pablo Buscarini (el mismo de El inventor de juegos y El arca, entre otras dedicadas más bien a un público infantil), pretende dar un cierre a este personaje.

Con la pesadilla de una canción nueva que está dentro suyo pero que se le va volando, comienza la película de Tini. Atareada por su reciente gira y sintiendo la distancia que hay entre ella y su novio también músico, León (Jorge Blanco), cada uno en distintas partes del mundo, Violetta se siente fuera de lugar y sin inspiración. Que la atosiguen con la idea de grabar pronto un nuevo disco no la ayuda, pero la gota que colma el vaso termina siendo la noticia de que su novio estaría en pareja con otra cantante con la que actualmente está compartiendo carrera. La prensa tampoco colabora y, sin saber qué hacer, decide de repente retirarse del mundo de la música, aquel que tantas alegrías le dio.

El refugio lo encuentra en su familia, en su padre, interpretado al igual que en la serie por Diego Ramos. Y es él quien le entrega una invitación que si bien recibió desde hace un tiempo, siente que éste es el momento más adecuado. Así, Violetta, con su corazón roto, viaja al sur de Italia a encontrarse con parte de sus raíces, las que provienen de su madre y su carrera también como cantante.

Violetta, que antes que nada siente la necesidad de encontrarse a ella misma, llega a un retiro para artistas dejando mucho más que las valijas en el fondo del océano.

Con nuevos amigos, alguien que quizá se convierta en un nuevo amor (Adrián Salzedo como Caio), y parte de su herencia materna, Violetta comienza a sentirse nuevamente inspirada y motivada, y eso se va contagiando hacia lo demás. Aunque el dolor por la repentina ruptura y consecuente indiferencia de León sigue estando presente.

Además de León, otro de los personajes principales de la serie que repite es el de Mercedes Lambre, Ludmila, como la villana ahora convertida en amiga que intentará que si o si, León y Violetta sigan juntos.

Con su argumento trillado, esa historia donde los sueños se terminan cumpliendo y el amor siempre triunfa, es una película sin sorpresas y sin riesgos. Símbolos obvios como los mencionados anteriormente como la canción que se va volando o el equipaje que se termina perdiendo en el mar, y una producción destacable con escenarios bellísimos y un vestuario impecable (Red Valentino como la marca que elige vestir a Martina Stoessel se hace presente también en el film) terminan de hacer de esta película algo con buenas intenciones pero sin mucho más por ofrecer.

La historia de Tini: El gran cambio de Violetta, es un digno producto salido de la factoría de Disney, con mensajes sobre el poder del amor y la posibilidad de que los sueños se hagan realidad, pero sin mucha profundidad. De seguro conformará al público al que está mayormente dirigido: a los fanáticos de la serie y de este personaje. No obstante no se siente que tenga mucho más para aportar al resto.