Thor 3D

Crítica de Santiago García - Tiempo Argentino

El superhéroe nórdico

Como el director de Thor es nada menos que Kenneth Branagh, es muy tentador buscar rastros de William Shakespeare en toda la película. Recordemos que Branagh saltó a la fama por dirigir y protagonizar una versión de Enrique V, y que más adelante también hizo adaptaciones de Mucho ruido y pocas nueces, e incluso un Hamlet de cuatro horas de duración y elenco multiestelar. El mismo director declaró hace muchos años: “quiero que los espectadores sepan que Shakespeare y Batman pertenecen al mismo mundo”. Parece que con Thor nos confirma a la perfección esta idea. Héroe mitológico nórdico, Thor es desde la década de 1970 un personaje de Marvel Comics, famosa editorial donde Stan Lee y otros crearon muchos superhéroes y villanos de historieta que luego pasaron a la televisión y al cine. Entre ellos figuran también Iron Man, El hombre araña, Hulk, El Capitán América, X-men, Los cuatro fantásticos. Varios de ellos forman, además, parte de Los Vengadores, una suma de héroes que verá su versión cinematográfica en 2012. Ya en Thor aparecen algunos de los personajes de este proyecto o son mencionados por alguien (recomiendo quedarse hasta el final de los títulos). Pero esas conexiones son secundarias, ya que la historia de Thor está muy bien contada, tiene fuerza dramática propia, un espectacularidad visual indiscutible y un sonido que hace vibrar la sala de cine, además del ahora habitual 3D.
Thor vive en el reino de Asgard, allí su padre Odín (Anthony Hopkins) está a punto de heredarle el trono cuando este demuestra una inmadurez que no lo hace digno de ello. El hermano de Thor, Loki, es ambiguo con respecto a sus intenciones y es difícil saber su verdadera posición en el conflicto. El resultado es que Thor es exiliado en la Tierra (esta es la escena inicial del film) donde deberá aprender las reglas de nuestro mundo. Aunque no hubiera sido Branagh el director, hay un notorio aire de Shakespeare en este monarca y la lucha por su trono. Pero lo que sí depende del director es lograr que actores como Anthony Hopkins hayan puesto en su papel una energía dramática que no siempre se da en esta clase de films, más basados en la producción que en los actores. No exenta de humor –algo habitual en Branagh también– Thor es una película entretenida, impactante e interesante a la vez. La historia de un joven impulsivo que debe aprender humildad y comprensión, dos cualidades más poderosas que su famoso martillo y sus músculos de hierro.