The Master

Crítica de Fredy Friedlander - Leedor.com

Sobresalen tres excelentes interpretaciones, todas nominadas.

Que “The Master” no se haya alzado con ningún Oscar obedece probablemente a dos razones. Por una parte, sus tres actores nominados tuvieron seria competencia en sus respectivos rubros, los que quedaron en al menos dos casos (Daniel Day-Lewis, Anne Hathaway) en manos de los favoritos. Por otro lado, “The Master” no estuvo nominada a mejor película, director, guión o fotografía lo que seguramente le quitó peso a la hora de los premios.

Paul Thomas Anderson, en lo que es su sexto trabajo como realizador, ya se ha ganado un justificado lugar entre aquellos que son capaces de ofrecer obras de gran originalidad y que escapan a visiones más convencionales en cine. Basta repasar parte de su breve filmografía para corroborar la afirmación precedente. Desde sus segundo film “Boggie Nights/Juego de Placer”, pasando por “Magnolia” y sobre todo “Petróleo sangriento”, que le permitió a Daniel Day-Lewis su segundo de tres Oscars, Anderson ha demostrado ser un director siempre atendible.

En el caso que ahora nos ocupa, sobresalen las actuaciones por encima de una historia que no a todos interesará con igual intensidad. Que Lancaster Dodd, el personaje que da título al film e interpreta brillantemente Philip Seymour Hoffman como jefe de la “Causa” esté o no inspirado en el fundador de la Cienciología (algo que Anderson no ha confirmado) parece un hecho secundario. La historia ambientada a inicios de los ’50 lo cruza con Freddie Quell (Joaquin Phoenix), veterano marine de la Segunda Guerra Mundial, al que vemos al principio en una playa junto a numerosos compañeros de armas. Ya esa brillante escena inicial acompañada de una extraña percusión, donde Freddie simula hacer el amor con una mujer de arena, sugiere que se está frente a un personaje excéntrico. El siguiente encuentro con un médico del ejército, que le hace ver imágenes abstractas y en las que el joven cree ver exclusivamente órganos sexuales, confirman la sospecha de que se trata de alguien con un comportamiento impredecible. Su apego por la bebida, incluso la preparada por él, y su respuestas violentas como cuando saca fotografías en un centro comercial preceden al encuentro con el “maestro”, que se produce en un barco donde su hija está celebrando su boda.

De allí en más las vidas de Dodd y Quell quedarán en verdadero estado de simbiosis, pero darán pie a que aparezca un tercer personaje, cuya presencia poco visible es en el fondo relevante. Se trata de Peggy (Amy Adams), la esposa del “guru”, que desde bambalinas parece manejar a su esposo. Esto mismo es lo que sugiere una fuerte escena en un baño, donde ella lo satisface pero al mismo tiempo le señala claramente al marido los límites en posibles relaciones extraconyugales. La sutileza con que el director revela al personaje femenino es uno de los puntos fuertes de la película y una confirmación de que estamos frente a una actriz mayor (recordarla en “El ganador” y “Julie y Julia”).

Como ha ocurrido con la mayoría de las películas nominadas a los Oscar, se exceden las dos horas de duración. Ello casi inevitablemente conduce a que haya algunas escenas alargadas o parcialmente obviables. Es lo que al menos a este cronista le sugiere una escena, en pleno desierto, en que tanto maestro como discípulo se suben a una moto y la manejan a gran velocidad. Mejor logradas son aquellas en salones y teatros donde se le promete al público “liberarse de sus traumas pasados” o “tomar control de su vida” y que ofrecen la oportunidad de ver a Laura Dern en breve aparición.

Cerca del final se producirá un reencuentro en Londres, instigado por Dodd quien logra finalmente ubicar a su alejado discípulo. Pero no todo será como antes como sugiere un comentario de la esposa que percibe en Freddie un aspecto enfermizo y al que ve sin intenciones de mejorar. El epílogo resume de alguna manera la afirmación de “que todo hombre necesita de un guía”.

“The Master” no es un film lineal y por momentos puede desorientar a cierto público acostumbrado a un cine más convencional y predecible. Será sin duda muy apreciado por un público más cinéfilo, aunque las excelentes actuaciones ampliarán sin duda el interés a quienes decidan ver una propuesta original con imágenes que se ven realzadas al estar rodadas en el formato de 70 mm. Muy bella la canción “No Other Love (Can Warm My Heart)” de Jo Stafford. Hay que celebrar el regreso de Joaquin Phoenix (“Gladiador”) al cine. Se ha señalado con justa razón que su personaje no logra la empatía del espectador. Lo que sí se percibe es que en más de una oportunidad no debe haberse ceñido totalmente al guión, lo que enriquece sin duda su notable performance.