The Empty Man: El Mensajero del último día

Crítica de Santiago García - Leer Cine

Lo mejor de The Empty Man está al comienzo. En el Valle de Ura, en Bután, en el año 1995, cuatro amigos están explorando la montaña cuando se encuentran algo inesperado y terrible. No hay explicación alguna, son los mejores minutos de la película, sin duda.

Más adelante, en el medio oeste norteamericano, un grupo de adolescentes de una pequeña ciudad desaparece misteriosamente. En el lugar muchos hablan de una leyenda urbana conocida como The Empty Man. Un policía retirado (James Badge Dale) investiga el extraño caso que se vuelve cada vez más confuso. Llega entonces a un grupo secreto, una secta cuya finalidad parece ser invocar a un ente que puede ser el final de James y de sus conocidos.

Qué una película de terror sea mediocre no es sorpresa, que dure más de dos horas no teniendo nada para contar sí es una rareza. El aburrimiento de escenas largas, postergaciones inútiles y un desenlace anunciado y sin gracia es el combo fatal de una película que llega a algunas salas de cine, pero tiene la misma baja calidad que los bodrios en streaming que sufrimos durante todo el 2020. Una pena que se estrene esta película y no las docenas de títulos que está esperando fecha de estreno.