Tango Suomi

Crítica de Rodrigo Seijas - Fancinema

DOCUMENTAL INFORMATIVO

En Tango suomi se pueden detectar problemas similares a los que exhibe Lantéc Chaná, otro documental argentino estrenado esta semana: ambos son films demasiado recostados en lo temático y discursivo, lo cual les quita potencialidades para diseñar propuestas estéticas que se conecten a fondo con lo cinematográfico.

La película de Gabriela Aparici aborda el extraño fenómeno que se da en Finlandia, un país que a lo largo del tiempo, sorteando toda clase de eventualidades, ha ido desarrollando su propia visión y perspectiva sobre el tango, que está tan arraigada en esas tierras que hasta se ha convertido en música nacional. Lo que propone el film es una especie de recorrido por una cultura y una sociedad que en muchos aspectos es totalmente distinta a la argentina, pero que encuentra una inesperada conexión a partir de las melodías tangueras.

Lo cierto es que Tango suomi crece mucho cuando apuesta a la música como un componente no sólo estético sino incluso narrativo, dejando que la musicalidad funcione hasta como un orden estructurador para las imágenes. Lo contrario sucede cuando la película se regodea en las entrevistas o los comentarios que no sólo explican, sino que redundan en lo que se cuenta. Hay un dilema entre contenido y forma que el film no termina de resolver, con lo que le cuesta redondear a fondo su propuesta.

El viaje cultural y social que es Tango suomi está atravesado por esas contradicciones estéticas, lo cual lo termina relegando al lugar de un documental esencialmente informativo y didáctico, ciertamente correcto en su realización, pero que sin embargo no llega a trascender realmente en la memoria del espectador.