Tango de una noche de verano

Crítica de Fredy Friedlander - Leedor.com

Divertida road movie en que se discuten lo orígenes del tango
El comienzo del documental “Tango de una noche de verano”, de la realizadora alemana Viviane Blumenschein, es impactante. Quien aparece al inicio es el director de cine finlandés Aki Kaurismaki, conocido en nuestro país por “El puerto”, “Luces al atardecer” y “El hombre sin pasado”, sus tres últimos largometrajes. Pero sus comentarios no serán sobre su actividad principal, el cine, sino sobre el tango, muy presente en sus films. (En “El puerto”/“Le Havre” se escucha, por ejemplo, “Cuesta abajo” con la voz de Carlos Gardel).
Kaurismaki sostiene que el tango nació en su país de origen y que los primeros cantores lo entonaban “para ahuyentar a los lobos y porque además se sentían solos”. Lo afirma con cierta indignación hacia los argentinos pero también se expresa contra los austriacos ya que ellos, dice, se atribuyen el origen del vals cuando “en verdad, también nació en Finlandia”.
Resulta algo folklórica la provocativa afirmación con que empieza “Tango…” pero también lo es el desarrollo de este pseudo documental, que relata la aventura que emprenden tres músicos al viajar a Finlandia para descubrir si Kaurismaki tenía razón.
Tanto el bandoneonísta Pablo Greco como el guitarrista Diego Kvitko estuvieron presentes en la presentación del film en el Cine Club Núcleo, junto a Alejandro Samaritano y este cronista. (El cantante Chino Laborde, llegó un poco más tarde). Y comentaron cómo fue el rodaje de esta road movie, cuyo trama casi no conocían cuando llegaron al país del norte de Europa.
Lo que vemos en pantalla es el encuentro de los músicos con sus pares de Finlandia, que en varias oportunidades, tocan junto a los argentinos sus instrumentos (acordeón por ejemplo) o agregan sus voces como es el caso de Sanna Pietainen, que además le enseña a Laborde a cantar tango en su idioma.
Independientemente de quien tenga razón sobre dónde nació, “Tango de una noche de verano” logra entretener y además muestra la gran diferencia cultural entre ambos países. Hay varios momentos jocosos como aquel en que el destartalado LADA en que viajan los argentinos tiene un problema mecánico que los obliga a detenerse en una ruta desierta. Cuando al final aparece alguien en el camino, la sorpresa es mayor ya que se trata de un “sauna portátil” con ruedas.
Los tres músicos argentinos no tenían experiencia previa en cine y lo que sorprende es lo bien que actúan. Y además la sencillez y modestia con que engalanaron con su presencia la función del Cine Club Núcleo.