Sucker Punch: Mundo Surreal

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

Me quieren volver loca

El director de “300” redefine la fábula en el siglo XXI.

Espectacular en sus secuencias de acción, combinación de cómic y videomusical, Sucker Punch redefine el término de fábula en estos vertiginosos tiempos que corren.

En lo que podríamos definir como el prólogo de la película, Zack Snyder hace una vez más uso de su prodigioso lenguaje visual para contarnos todo, casi sin palabras. En un par de minutos la protagonista se entera de la muerte de su madre, y de que su padrastro ansía quedarse con la herencia, por lo que elimina a su hermana menor y a ella la encierra en un asilo para gente con problemas mentales.

Como ya hiciera en Watchmen , Snyder vuelve a mostrar el placer que le da moverse en ambientes retro: todo allí será muy de los ’50.

En el asilo la bautizan como Baby Doll, ya que allí funciona una suerte de prostíbulo. Baby Doll y otras cuatro internadas ingeniarán un plan para escapar del lugar, en el que mucho tendrán que ver las fantasías y lo surreal, ya que cuando Baby Doll entre en trance al comenzar a contonearse y bailar, ella y sus amigas ingresan como a otro mundo en el que son guerreras letales, capaces de combatir a malvados medievales, dragones, robots o soldados de la Primera Guerra Mundial, en busca de los elementos indispensables que le permitirán la huída.

La película está plagada de guiños, los más nítidos a Alicia en el País de las Maravillas o hasta El Mago de Oz . Y por más que Snyder proclame que Brazil y Atrapado sin salida fueron su inspiración, debe haber visto decenas de videogames. En ese sentido, el director no defraudará aquéllos que salieron extasiados (los hubo) de ver 300 .

Y aunque Snyder sea políticamente correcto (o marketineramente eficaz) y deslice que en ningún momento deseó poner a sus protagonistas como objetos, las chicas muestran bastante como para poder refutarlo.

No es precisamente Sucker Punch un filme donde las actuaciones estén ni por asomo por encima del ritmo –como en ninguna de las realizaciones de Snyder, a quien si mencionamos tanto es porque tiene un estilo definido, de planos cortos y cámara en prodigioso movimiento-. Sólo cabe mencionar a Emily Browning, la ex niña de Lemony Snicket , y a Vanessa Hudgens, ex High School Musical , como Baby Doll y Blondie (aunque sea morocha), además de la presencia simpre magnetizante de Jena Malone como Rocket y, en una aparición especial, Jon Hamm, de Mad Men .

Lo último: no ver Sucker Punch en pantalla grande sería un sacrilegio.