Star Trek 2: en la oscuridad

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Lo primero que hay que saber antes de leer esta opinión es que, no soy “trekkie” ni he visto todas las “Star Trek” (son 11 si mal no recuerdo), aunque si la serie y recuerdo el disfrute que me provocaba el gran producto creado por Gene Roddenberry a fines de los 60 (3 años, 3 temporadas, 80 capítulos que pueden ver en alguna señal de cable).
Ya todos saben que JJ Abrams, el creador de “Lost”, lleva las riendas del asunto desde que se hizo cargo de inyectarle aire a la franquicia en 2009 (facturó internacionalmente casi 260 millones de dólares), así que ya tenemos en sala la segunda entrega de esta nueva etapa de “Viaje a las estrellas” llamada “En la Oscuridad”.
Los pruristas, ya saben que esperar de Abrams: respeta el espíritu de la historia, elige no transformar su película en una sucesión de batallas y escenas espectaculares en el espacio, recrea la magia de lo vincular en sus protagonistas y se dedica a edificar una trama de suspenso sólida que permite que el film se disfrute en forma natural.
El hombre sabe.
Jim Kirk (el mejor trabajo de Chris Pine en mucho tiempo) tiene a su cargo el Enterprise (la legendaria nave que ya todos conocemos) pero en la primera misión que nos presenta, comete errores que lo llevan a perder esa posición. Mientras se define su destino militar, un terrorista, ex miembro de los cuadros especiales de su misma fuerza, ejecuta un sangriento atentado en la Londres del futuro, provocando la alarma de la superioridad.
A pesar de que sabemos que ellos tienen una visión no-intervencionista, su comandante Marcus (el regreso de Peter Weller!) acepta reintegrar a la acción a Kirk y encomendarle que viaje a buscar al peligroso asesino a una zona delicada (un error puede derivar en una guerra) y hacerlo pagar por sus crímenes… Así es como nuestro líder reúne a su tropa y parte a buscar a Khan, (Benedict Cumberbatch), sin saber que esa tarea puede deparar el fin de no sólo de su nave sino del planeta Tierra incluso.
Hasta aquí, lo que podemos contarles. Si, hay una compleja trama de intereses detrás de esta simple misión que se irán desplegando ante el espectador pausada y armoniosamente.
El cast, otra vez, repite el trabajo del 2009: todos están bien, con menciones especiales para Zachary Quinto (nuestro inefable Sr.Spock), Karl Urban (Bones, el doc) y Simon Pegg (como Scotty). Si bien Pine a veces no da el perfil del histórico Kirk de William Shatner, no tiene porqué hacerlo, es un héroe más contemporáneo y por ende, más físico y dubitativo. Pero hay química y la platea lo siente.
Abrams es uno de los tipos que mejor cine industrial hace en estos momentos y la peli esta a la altura de la leyenda que aborda, sin dudas. Si están acostumbrados y disfrutan de ver los tanques hollywoodenses en los que cada 4 minutos se destruyen vehículos, derrumban edificios o estallan artefactos, quizás esta “Star Trek” no sea lo suyo. Aquí hay mucha atención en el conflicto, antes que la espectacularidad (que la tiene, pero medida).
Eso la hace distintiva. No te agota con su impacto visual, te seduce desde la interacción y el vínculo que los protagonistas presentan y viven.
Tener eso en cuenta si deciden internarse en este “Viaje a las estrellas”. Luminosa segunda entrega y larga vida a la saga (vamos en la dirección correcta).