Star Trek 2: en la oscuridad

Crítica de Fredy Friedlander - Leedor.com

Muy disfrutable capítulo con notable aprovechamiento del 3D

Se puede disfrutar “En la oscuridad: Star Trek” (“Star Trek into Darkness”) aún no siendo un experto en la saga e incluso sin haber visto la mayoría de las doce películas hasta ahora filmadas. Pero si se desea ahondar en la temática que comenzó como una serie de TV, creada por Gene Roddenderry en 1966, puede ser útil consultar la muy rica página www.startrek.com
La primera de las películas fue dirigida por Robert Wise (“Amor sin barreras”) en un ya lejano 1979 y los personajes del Capitán Kirk y Spock eran interpretados respectivamente por Leonard Nimoy y William Shatner. Por esas curiosidades de la vida ambos nacieron en marzo de 1931 con apenas cuatro días de diferencia y en su momento dirigieron algún episodio y aparecen a veces (sobre todo Nimoy) en los últimos capítulos de la serie.
J.J.Abrams (“Misión imposible III”, “Super 8”, la serie “Lost”) ya había dirigido en el 2009 el episodio anterior al que ahora se estrena y que era en verdad también una precuela a la serie televisiva de Roddenderry. Chris Pine y Zachary Quinto son quienes interpretan al dúo Kirk-Spock y lo hacen con mucha desenvoltura acompañados por un elenco sin fallas. Son dignas de mención las interpretaciones de Karl Urban (Bones), Zoe Saldana (Uhura), los más veteranos Simon Pegg (Scotty), Bruce Weller (Marcus) y el canadiense Bruce Greenwood (Pike) e incluso del aún no muy conocido actor inglés Benedict Cumberbatch en el rol de Khan y de su compatriota Alice Eve (Carol).
Abrams muestra gran pericia en la dirección de actores y en el ritmo que imprime a la acción logrando superar las dos horas de metraje sin distraer la atención del espectador. El uso del 3D, un elemento novedoso en la serie Star Trek, es un componente decisivo en esta oportunidad ya que es aprovechado al máximo. Esto no sólo ocurre cuando objetos de los más diversos parecen que van impactar en uno sino, y sobre todo, cuando “vuelan” cerca del espectador partículas de todo tipo (cenizas, polvillo, esquirlas, etc.).
Los aspectos técnicos está cuidados al máximo empezando por la música de Michael Giacchino, que por momentos tiene un ritmo de jazz muy bien aplicado a una de las locaciones centrales de la acción, una Nueva York del futuro. La fotografía y las imágenes de edificios gigantescos y medios de locomoción, muy a menudo aéreos, son otro prodigio de la técnica digital. Entre tanto modernismo Abrams muestra un San Francisco del futuro donde milagrosamente aparece un tranvía igual al que viene circulando desde hace muchas décadas para delicia de los turistas.
La historia en este nuevo capítulo recupera a la clásica nave espacial Enterprise, conducida por el capitán Kirk y Spock, enfrentándose con el malvado Khan. La extensa secuencia inicial en una selva de un planeta poblado por feroces salvajes y con un volcán a punto de entrar en erupción constituye por si sola una muestra de la riqueza que muestran los guionistas de otro capítulo de una serie que seguramente tendrá continuidad en el futuro para delicia de los muy fanáticos y de otros que no lo son tanto como este cronista.