Soy mucho mejor que vos

Crítica de Javier Porta Fouz - La Nación

Comedia patética y verborrágica

Más allá de las locales, no son tantas las películas de América latina que se estrenan en la Argentina, menos aún chilenas, y menos aún comedias. Y este caso particular es aún más singular: Soy mucho mejor que vos es un spin-off, o sea, un derivado de otra película, en este caso de la ópera prima de Che Sandoval, Te creís la más linda (pero erís la más puta), otra comedia chilena también estrenada en la Argentina.

Un personaje secundario de esa película -el personaje del bar con el que interactuaba el joven protagonista- es el centro de Soy mucho mejor que vos. Cristóbal: pelado o en proceso de, cuarenta años, separado o en proceso de, con un mix de crisis. Con su edad, con su mujer que está a punto de irse becada a España con sus hijos, con la vida en general. Y su crisis se traduce en un fastidio fanfarrón y agresivo.

Cristóbal, como le pasaba a Javier en Te creís la más linda... se mueve por Santiago (nocturna y diurna) con sus ínfulas y deseos de "afirmación como hombre". Che Sandoval, joven director nacido en 1985, escribe y pone en escena chistes y situaciones con palabras bien dichas, con una verborragia abrumadora y con un uso extraordinario del habla santiaguina (la película afortunadamente se estrena subtitulada -o mejor dicho transcripta en los subtítulos- para mejor comprensión de lo que se dice).

Cristóbal se exhibe desde un aparente lugar superior del macho poderoso, pero el director -aunque sin sadismo alguno- no le ahorra ningún patetismo y lo va esmerilando con cada nueva (y rítmica, y divertida) secuencia. Cristóbal, enojado a la vez que deprimido, no para de generar conflictos con su mujer y con otras mujeres, y también con otros hombres (la discusión en la fila para comprar una salchicha es antológica). Su agresión constante se disfraza, a veces de intentos de seducción, y toda su actividad y movimientos parecen darse para evitar enfrentarse a sí mismo, o al menos para retrasar ese momento.

Soy mucho mejor que vos vuelve a probar que Che Sandoval es un director -joven, latinoamericano- que sabe hacer comedia (en este caso independiente, urbana, sobre el fracaso y con ecos de Después de hora de Scorsese). Comedia, nada menos. Y que sabe exhibir a sus personajes con la acidez suficiente como para desnudarlos, pero con el cuidado necesario para brindarles algún tipo de compasión entre tanto poder corrosivo.