Soy mucho mejor que vos

Crítica de Gustavo Castagna - Tiempo Argentino

Misógino latinoamericano

Luego de Te creís la más linda… (pero erís la más puta), retrato de la juventud chilena, por consecuencia lógica, el Che Sandoval ahora profundiza su mirada sobre un individuo ya de cuarenta años, separado de su mujer, con un hijo y una pyme que se cae a pedazos. En ese sentido, Soy mucho mejor que vos, desnuda a Cristóbal (Sebastián Brahm) en una noche de alcohol y mujeres, dando rienda suelta a su visión misógina y machista del mundo. Che Sandoval observa a Cristóbal desde su miserable actualidad, inclinándose por el uso de un humor negro al borde del patetismo más cruel. Como en su opera prima, ese "slang" tan particular proveniente del país trasandino recorre cada una de las escenas, donde la puesta en escena parece circunscribirse a la presencia física y moral del protagonista central. Sandoval también observa a uno de sus directores referenciales, como John Cassavetes, y mueve la cámara como la hacía el gran creador de Faces y Shadows, pero también, debido a ese deambular nocturno y callejero, con un personaje al borde del suicidio y de la exhibición de todas sus zonas oscuras, surge la rémora de 76-89-03, film de los argentinos Bernard y Nardini. "La masculinidad al desnudo", podría titularse el nuevo film del director, explorando las dudas e incertidumbres de Cristóbal, tenso y nervioso por su destino, malicioso y eufórico frente a las mujeres, dócil e ingenuo frente a su pequeño hijo. Un after hour chileno que, de acuerdo a las informaciones, parece que se traslada a la Argentina, ya que según el director su próximo proyecto pretendería exponer los mismos temas pero en nuestra particular sociedad. Veremos, entonces.