Solos en la ciudad

Crítica de Matías Orta - A Sala Llena

Luego de una fiesta de casamiento, Santiago (Felipe Colombo) y Florencia (Sabrina Garciarena) contemplan el amanecer en la Costanera. Es evidente que se aman, sus cosas parecen ir por el buen camino. Pero una discusión saca a relucir algunos trapos sucios y terminan peleando, al punto de que cada uno se va por su lado. Durante las próximas horas, ambos se cruzarán con personajes y vivirán situaciones que los harán replantearse no sólo el rumbo de la relación sino el de sus propias vidas y sus verdaderos sentimientos.

Solos en la Ciudad está estructurada en dos partes: el recorrido de Santiago, y luego, el de Florencia. De esta manera, podemos conocer mejor a ambos, especialmente sus puntos de vista sobre el amor y las relaciones. Como Antes del Amanecer y Antes del Atardecer, de Richard Linklater, pero en Palermo y con los protagonistas separados.

El director Diego Corsini demuestra que sabe manejar los diálogos, cuyas temáticas y tonos varían de acuerdo a los personajes con los que se van encontrando los protagonistas, pero que siempre funcionan estupendamente por el buen trabajo de los actores. Y, para lograr mayor fluidez, suele recurrir a planos secuencia, como la charla entre Santiago, Esteban (Luciano Leyrado) y Cris (Laura Azcurra), en la puerta del zoológico. En cuanto al aspecto visual, se vale del recurso de la pantalla dividida, especialmente cuando los personajes hablan por celular.

Sabrina Garciarena es perfecta para la comedia romántica. Su belleza simple (no inalcanzable) y su encanto natural, la convierten en la Florencia perfecta: una joven abogada, algo fría, que no deja de hacer planes a futuro, con una visión calculadora de las relaciones (“Con el amor sólo no alcanza”, dice), pero que en el fondo es vulnerable y bastante insegura.

Felipe Colombo no brilla tanto como su partenaire, pero sigue estando bien y tiene las escenas más divertidas. A diferencia de su pareja, Santiago es un profesor de Historia que gana poco y prefiere un estilo de vida más free, sin preocuparse demasiado por el mañana. Pero su arrogancia pueden hacer peligrar aquello que lo une con Florencia.

Los personajes secundarios no tienen desperdicio y todos son funcionales a la trama, aconsejando o intentando aprovecharse del mal momento de los novios: Catherine Fulop es Mariela, una vecina y madre dispuesta a escuchar; Santiago Caamaño hace de Javi, el fiestero amigo del protagonista, quien pretende retrotraerlo a las épocas de locura juvenil; Mario Pasik interpreta al padre y jefe de Florencia, un prestigioso abogado que aún cree en el amor; Matías Scarvaci se luce como Mauricio, un individuo de vida naturista y new age, que pregona la soledad; Federico Amador y Eliana González encarnan a los buitres que pretenden quedarse con Florencia y con Santiago, respectivamente. Curiosa y desopilante la aparición especial del distribuidor Pascual Condito como un puestero que vende comidas rápidas.

Solos en la Ciudad llega para demostrar que las comedias románticas argentinas están en auge. Al igual que Mi Primera Boda, de Ariel Winograd, y Medianeras, de Gustavo Taretto, encara el género con una impronta y un lenguaje frescos y contemporáneos, influidos por clásicos modernos del género, como Cuando Harry Conoció a Sally y los films de Norah Ephron (también guionista del film de Rob Reiner).

La película ideal para ver en pareja, sobre todo si los ánimos no son los mejores.