Soleada

Crítica de Rolando Gallego - Lúdico y memorioso

Redescubrirse

Unas vacaciones pueden ser el inicio de una nueva vida, o al menos el comienzo de una nueva relación con uno mismo. Eso plantea “Soleada”, ópera prima de la cordobesa Gabriela Trettel que a través del retrato íntimo de un tiempo en el que todo es posible, el tiempo del ocio y el descanso, plantea el despertar de una mujer.

En “Soleada” la protagonista, Andrea, llega a una casa fuera de la ciudad para pasar unos días junto a su marido e hijos adolescentes.
Todo fluye en armonía, aparentemente, hasta que el esposo debe regresar intempestivamente a su trabajo y Adriana debe quedarse sola y a cargo de todo.

Mientras los hijos imaginan un descanso en solitario o en otro lugar más que con su familia, Adriana comienza a conectarse nuevamente consigo misma y empieza a hacer cosas que hasta el momento tenía postergada.

Una noche, en un restaurant y mientras escucha a un cantante de folklore conoce a un hombre que la mirará de una manera que ya nadie lo hace.

A partir de allí Adriana comenzará a cuestionarse algunas decisiones que tomó hasta ese momento e intentará tomar algunas para cambiar su presente.

“Soleada” trabaja con el tiempo de una manera particular, ya que Trettel busca en la digresión la conformación del contexto a partir del cual Adriana cuestionará todo.

Además, en los sonidos que inundan la pantalla, la que con imágenes claves y particularidades de las vacaciones va conformando la narración, se termina por conformar el contexto para que la protagonista avance con algunas decisiones, o no, pero que sí configurarán el trasfondo a partir del cual el resto de las acciones interpelen al espectador sobre cómo la mujer terminará por intentar, en apariencia, el cambio de su destino.

Prometedor debut, que pese a algunos lugares comunes, apunta a una identidad y a una realidad que no escapa a la posible empatía que se generará con aquellos que la elijan como opción en la cartelera.

PUNTAJE: 6/10