Silencio del más allá

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

El sello británico Hammer, responsable de joyitas del género, clase "B", originales y con centro en el terror "gótico", durante las décadas comprendidas entre el 50' y el 70' está de vuelta en el juego e intenta recuperar terreno en la industria desde su relanzamiento en 2007.
Si bien tuvo una época de esplendor en los 60', lo cierto es que mucho de su material es clásico y su catálogo contiene auténticas joyitas de su tiempo, desde "The Curse of Frankestein" pasando por "The mummy", "The two faces of Doctor Jekyll" y la trilogía vampírica "The Vampire lovers", "Lust of a Vampire" y "Twins of Evil". Sin embargo, algunos se preguntan si el estilo de la productora, puede ser aggiornado a los tiempos que corren, donde el found footage reina y la cuestión explícita (al estilo "VHS") siguen dictando los reglas del mercado, al margen del suceso de James Wan.
Cuando la máquina se volvió a poner en movimiento, con "Let me in" y "The woman in black", ámbos films recibieron moderada respuesta del público, aunque mostraron que la dirección artística de la compañía estaba intacta. Esa manera de transmitir el terror, bien a la inglesa, con muchos artilugios sonoros y de atmósfera, parece no haber perdido toda su eficacia y hoy se enfrenta al desafío de consolidarse como opción de taquilla.
La historia nos lleva a la universidad de Oxford hacia principios de los 70. Un profesor de la facultad, Joseph (Jared Harris) está en la mirada de los que financian investigaciones en el campo de la psicología. Su trabajo es, en pocas palabras, decifrar lo que hay, detrás de lo que la gente corriente define como "exorcismo". El aporta un marco teórico sobre porqué ocurren estos fenómenos e intenta demostrarlo con el caso de seguimiento a Jane (Olivia Cook), una joven solitaria que sufre severos trastornos de conducta, la cual está bajo su cuidado desde el punto de vista médico.
Pero la junta directiva cancela el proyecto y hay que encarar continuar con el experimento, ahora sin fondos para llevarlo a término.
Junto a un par de alumnos de la casa de estudios (Erin Richards y Rory Fleck-Byrne), Joseph le propone a un camarógrafo local, Sam ( Brian McNeil) que registre en film el trabajo con Jane. El docente está convencido de que están a punto de hacer un gran descubrimiento para la psicología y necesita registrarlo de cualquier manera.
Así es que los cuatro van a una mansión en las afueras de la ciudad para dedicarse a la recuperación de Jane y el registro del trabajo, siguiendo las premisas para su tratamiento que propone el catedrático local. La cuestión no es sencilla: Jane parece sujeto de posesión, es inestable emocionalmente y pronto se ve que es peligrosa para ella misma y para los demás.
Podemos decir entonces que "The Quiet Ones" sigue la línea tradicional de films donde se sugiere más que se muestra. No habrá sorpresas pero tampoco imprevisibilidad.
John Pogue, guionista de larga experiencia, es quien dirige la accion y se nota que no le costó apropiarse del estilo de la productora. Buena banda sonora, abruptos cambios de cámara, prolijidad en la fotografía y atmósfera sugerente son los elementos que utiliza para que su film luzca cuidado. Desde el guión, sin embargo, debemos decir, no hay muchas ideas originales a la hora del abordaje.
La progresión de eventos es lenta y las subtramas no logran despegar, funcionando como meros detractores del ritmo de la narración.
Es cierto que el reparto sabe lo que tiene que hacer y cumple sus roles sin deslumbrar. Lo que no hay que dejar de decir es que se nota que Pogue ha visto muchas más veces "The Conjuring" que los clásicos de sus productores . El director lo hace notar, innecesariamente.
Lo cierto es que no sentimos nuevas ideas a la hora del tratamiento del suspenso y los giros del libro son previsibles y hasta poco felices, para el público especializado en el género.
Podría decirse que si bien el envase es correcto, "Silencio del Más Allá" no logra transmitir la verdadera tensión que un film destacado debería generar. Hay demasiadas inconsistencias en el desarrollo para que eso suceda y a la hora del balance final, sólo podemos destacar sus rubros técnicos como lo más destacado de esta producción.