Si fueras yo

Crítica de Javier Porta Fouz - HiperCrítico

Cine choto

En los comentarios a mi columna anterior algunos lectores piden que opine sobre temas que ellos quieren que yo opine. Sus campañas y sus deseos me son ajenos. Y hay varias inexactitudes y errores que, en el caso de querer contestarles, me harían trabajar entre moderadamente y mucho para corregirlos, y no pienso hacerlo. Algunas puntuales inquinas, por su parte, se responden solas. Paso a otro tema, tal vez a tono: una película malísima.

Atención: este texto contiene lenguaje soez y choto.

De los estrenos de esta semana Contagio me gustó mucho y Los tres mosqueteros no me disgustó. Y tengo pendiente ver Violeta se fue a los cielos de Andrés Wood, quien tiene entre sus películas previas las muy buenas Historias de fútbol y Machuca. Pero se me antoja escribir sobre una de las peores películas del año, una que contiene una podredumbre creativa considerable, acompañada de una eficacia nula. Casi todo lo que puede estar mal en una comedia industrial actual lo está en Si fueras yo, dirigida por David Dobkin (el mismo de la mediocre Los rompebodas). Si fueras yo es uno de esos relatos de “intercambio de cuerpos”: dos amigos mean en una fuente y zas, el soltero colgado con departamento desordenado y aspirante a actor etc. cambia el cuerpo con el abogado casado con hijos en casa recién pintada etc. Ahí está el punto de partida, una chotada, pero podría perdonarse si al menos hubiera buenos chistes, alguna línea memorable, humor físico bien actuado, algo que no fuera choto. Pero no, nada mínimamente decoroso. Para peor, hay absoluta falta de conexión entre los dos protagonistas: Jason Bateman ha probado en muchas películas ser un gran comediante (en la imperdible Extract de Mike Judge, en Paul, en Quiero matar a mi jefe), pero acá no recibe jamás un pase bien dado de Ryan Reynolds, un actor que aquí demuestra estar más cerca del modelaje para alguna marca de zapatos que de la comedia. Reynolds parece estar todo el tiempo preocupado por ser bonito (y porque le brillen los mocasines aunque use zapatillas) sin dejar espacio para que se cuele la deformidad, la acidez, la mirada oblicua que suele ser parte del mundo desplegado por las buenas comedias, por las que no son chotas. A juzgar por esta película, Reynolds apenas sabe actuar y no interactuar, y quizás por ese motivo no estaba del todo mal en un ataúd hablando por teléfono en otra película chota. Pero si el problema fuera solamente un actor sin gracia no estaríamos ante una de las grandes catástrofes fílmicas del año. Si fueras yo es cine choto, del que podría decirse “malo con ganas” si no fuera tan desganado.

Con molesta frecuencia aparece en la película la situación de “le hablo a X sobre Z pensando que mi interlocutor es X, pero como en realidad Z está escuchando porque está en el cuerpo de X y así se entera de lo que yo pienso de él cuando no está presente, aunque yo, personaje padre o personaje esposa, no me entero de que le hablé a Z pensando que era X”. Con este recurso hay muchas tentaciones de “lecciones de vida”. La película no se resiste nunca y así los chistes de grosería extemporánea se intercalan con ñoñerías de tanta linealidad emocional como la música que se nos inflige. Ah, ¿pero cómo? ¿Este crítico se queja de chistes groseros y el año pasado defendía Jackass 3D? No me quejo del humor grueso, grosero y escatológico per se sino de su uso extemporáneo y su uso choto. La película se cree muy zarpada en plan “uy qué vivos que somos, qué chabones ocurrentes, recién descubrimos que las mujeres también tienen la parte final del aparato digestivo y excretan”. En esta película vemos y escuchamos a una mujer a la que se presentó como una diosa sexual –con un ralenti idiota– pedorrear y cagar delante del marido (“eh, tenemos 12 años mal llevados y nos parece digno de compartir que, a pesar de portar tetas, las mujeres usan el inodoro”). Y también vemos a un bebé cagar en la boca de su padre. Por otra parte (o por la misma parte), esta es una película en la que todas las mujeres son rechazadas sexualmente porque, claro, el casado que decía que quería experiencias sexuales con otras no quiere con una porque está embarazada, y con la compañera de trabajo que lo vuelve loco tampoco, porque justo se pone sentimental (ah, las enseñanzas del cine choto, siempre a tiempo aunque sin timing). Como si fuera un baño químico, en Si fueras yo todos cagan y mean y nadie coge. Tal vez sea por esa falta de fluidez sexual el tremendo malhumor de esta comedia subnormal, repetida, indolente, burocrática, una cabal agresión al género (genre) y a los géneros (gender). Vayan a ver, antes de que la saquen de cartel, Damas en guerra, en la que se caga y se coge más y mejor, con más gracia y con más cine.

PD1: si alguien ve Si fueras yo, o si no la ve pero se entera del motivo, que por favor me explique por qué la piel de las mujeres se ve como si fuera de plástico: ¿efecto digital?, ¿iluminación?, ¿Barbie trabaja de doble de cuerpo?

PD2: en Si fueras yo vemos, de frente, mear a los dos protagonistas dos veces. Pero no, no se les ve la chota. Debe ser la magia del cine, del cine choto.

PD3: haciendo memoria velozmente, este parece ser el año en el que se puso de moda en Hollywood mostrar mujeres cagando (Pase libre, Damas en guerra, Si fueras yo).

PD4: en el afiche Ryan Reynolds está abrazado a dos mujeres, para comparar con Bateman que tiene un bebé en cada brazo. Si quieren hacer ese afiche, no sean tan chotos y al menos metan la situación de las dos mujeres en la película.