Shazam! La furia de los Dioses

Crítica de Jessica Johanna - El Espectador Avezado

El universo DC en el cine también se ha expandido mucho en los últimos años. En uno de sus varios intentos por dejar la solemnidad y oscuridad de muchas de sus películas apareció Shazam! Una película hecha para toda la familia, con una premisa ganchera que le permitía encontrar el humor en la idea del niño en el cuerpo de un adulto sumado a la de convertirse con la sola mención de una palabra en un superhéroe. Cuatro años después nos llega su secuela, bajo la dirección una vez más de David F. Sandberg. En esta oportunidad, el superhéroe interpretado por Zachary Levi debe enfrentarse a las poderosas hijas del Dios Atlanta.
La película nos sitúa en principio en Atenas, cuando dos mujeres irrumpen en un museo para hacerse con las dos mitades del básculo partido que le dio los poderes a Billy Batson y sumergen el escenario en una masacre. A su vez, Billy continúa en la casa con su familia numerosa, con el temor de que al cumplir los 18 años todo eso se termine. Su lema es siempre hacer todos juntos en equipo siempre y es así que a escondidas de sus padres salen cuando la ciudad los requiere en sus trajes de superhéroes adultos. Pero la ciudad de Filadelfia no los tiene muy bien vistos y siempre se enfocan y difunden lo peor de sus actos, por lo que no tienen una buena fama no importa cuánto lo intenten. En resumen, siguen siendo un grupo de inadaptados y Billy todavía ni siquiera consigue encontrar su propio nombre de superhéroe.
David F. Sandberg vuelve a hacer acopio de la cultura pop para sembrar citas, algunas más explícitas que otras, a cómics, películas y series. Recordemos que el director viene del cine del terror y en los primeros minutos ya nos regala un par de referencias desde el nombre de un doctor y los muñecos en un consultorio. Pero también consigue seguir explorando la edad de estos muchachos, que empiezan a despertar sexualmente ya sea a través de una compañera nueva que les gusta o de las fantasías continuas con la Mujer Maravilla, que se enfrentan porque sus gustos y sus caminos parecen querer empezar a bifurcarse, y a eso se le suma el enfrentamiento con poderosas e implacables diosas interpretadas por Helen Mirren y Lucy Liu, actrices que se entregan al juego que la película propone.
El guion es simple en esencia pero recargado en cuestiones de humor y en espectacularidades. Siempre hay tiempo para un chiste más y la historia con seres de otro mundo abre las puertas en un momento a una infinidad de criaturas mitológicas y destrucciones de manzanas enteras.
Esta segunda entrega es una digna secuela de aquella. Sabe a lo que aspira, al espectador al que se dirige. Como mencioné, es una película familiar por lo que tanto el humor como las temáticas (la familia como núcleo siempre) siguen muy presentes. A Levi incluso se lo ve más cómodo en su papel aunque sigue sin poder evitar un registro demasiado diferente al de Asher Angel quien interpreta a su mismo personaje en adolescente, y la presencia de las nuevas figuras femeninas (además de las mencionadas tenemos a Rachel Zegler de West Side Story) le aporta mucho.
Sin dudas los mejores momentos de las películas son aquellos con problemáticas y situaciones más cotidianas. De todos modos, aunque algo aparatoso, el enfrentamiento final es un rejunte de momentos de acción bien dirigidos, que se entienden más que en muchas otras películas del género. Hay momentos, o chistes, menos logrados, como cuando se parece más a un comercial que a una película, pero en general los personajes a esta altura ya tienen su dimensión y sus idas y vueltas resultan creíbles y naturales.
Como es de esperar, hay un par de escenas post-créditos, una más en plan chiste y otra que abre posibles futuras líneas narrativas. También cuenta con un importante cameo del mundo cinematográfico de DC.
Shazam! La furia de los Dioses es una película entretenida y con personajes carismáticos. Helen Mirren se roba cada escena y Lucy Liu no decepciona como la implacable diosa. Cae en mucha fórmula repetida pero el corazón y su modestia en comparación con otras del mismo universo le juegan a favor. Un escalón por encima de su predecesora aunque no termine de explotar todo su potencial, en especial teniendo en cuenta que detrás se encuentra un director joven pero que ya demostró ser capaz de utilizar la oscuridad a su favor.