Sexo desafortunado o porno loco

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

No es común ver lo que se ve en Sexo desafortunado o porno loco en los cines de la Argentina. Hay sexo explícito, por eso fue calificada Solo apta para mayores de 18 años.

Una pareja tiene sexo y decide filmarlo. Se ve al hombre tomando su pene en primer plano, se masturba, la mujer hace una felación también mostrada en detalle, hasta que hacen el amor.

El tema de Sexo desafortunado o porno loco es que ella es una maestra de un colegio secundario en Rumania, el video se filtra a Internet y los padres de sus alumnos se muestran ofendidos.

La película arranca directamente con el video en cuestión. Irreverente, el director Radu Jude hace una sátira contemporánea sobre la hipocresía en su país, sí, pero mucho de lo que se cuenta se puede extrapolar a otras regiones del mundo.

El rumano, que obtuvo el Oso de Oro en el Festival de Berlín a la mejor película este 2021, se encontró con la pandemia cuando iba a empezar rodar, por lo que esperó unas semanas y la filmó igual.

Y como hay muchas escenas que se desarrollan en las calles de Bucarest, la gente deambula con barbijo. Pero se les entiende todo: discuten en el supermercado porque alguien se demora en la fila, un peatón es arrollado por un automovilista con pocas pulgas, la protagonista discute con alguien que ha estacionado el vehículo en la vereda.

Abusos en todos lados
Está claro: la intención es mostrar que los abusos son cosa de todos los días, y en todos los ámbitos.

Los ánimos están caldeados, y se nota que en parte es porque han estado encerrados mucho tiempo, y hay situaciones por las que cualquiera estalla sin ponerse límites.

Pero como Sexo desafortunado o porno loco es una sátira, toda la cuestión del distanciamiento social o el uso de barbijos es aprovechado, también, para situaciones que bordean el ridículo -cuando en una reunión en el colegio, al aire libre y cuidando los protocolos sanitarios, les piden a los padres que mantenga la distancia, uno grita “sí, como la mantienen ellos” en referencia al video sexual.

Es cierto que el director pudo haber dejado librada a la imaginación de los espectadores el contenido del video, y tampoco importa que haya sido el marido de Emi (Katia Pascariu) pero se sirve de ello para que los padres, en el tercer capítulo en el que divide su filme, realicen un simulacro de juicio a la profesora, revean “el material” delante de ella, humillándola, y hagan una caza de brujas.

Que entre ellos haya un militar y un sacerdote no hace más que emparentar a Sexo desafortunado… con el cine de Luis Buñuel, salvando las lógicas distancias.

Que para defenderse, la profesora -que desde el comienzo tratar de poner paños fríos por la indiscreción- haga referencia a que el poeta más venerado de su patria, Mihai Eminescu, tiene entre sus versos algunos que pueden considerarse obscenos, vuelve a elevar la vara.

Entre la presentación y el tercer “capítulo” transcurre otra provocación. Se suceden diapositivas o imágenes para explicar definiciones o conceptos generales, acerca de Historia o Pornografía, por ejemplo, en los que el director busca de nuevo la sorpresa, el choque, generalmente a partir del humor absurdo.

Pero si alguien tiene la guardia baja, mejor que se prepare.