Séptimo

Crítica de Diego Batlle - La Nación

Buenos Aires luce imponente e impactante en las múltiples tomas aéreas que se aprecian en varios pasajes de Séptimo . Pero la ciudad y, sobre todo, el viejo edificio de la calle Brasil donde transcurre casi toda la primera mitad del relato, también son un infierno para el protagonista, encerrado dentro de esas paredes a la espera de alguna novedad sobre el paradero de sus dos hijos, misteriosamente desaparecidos tras un inocente juego familiar.

Ese padre al borde de un ataque de nervios es Sebastián, un abogado recientemente divorciado de la española Delia (Belén Rueda) y ligado a casos extremos como los que Ricardo Darín ya interpretara en Carancho, El secreto de sus ojos y la reciente Tesis sobre un homicidio .

Y Darín es, por supuesto, la gran carta de triunfo (al menos en el terreno comercial) que tiene este correcto y bastante eficaz thriller psicológico coescrito y dirigido por el catalán Patxi Amezcua. Aún a riesgo de convertirse en figurita repetida (es el segundo policial del año que protagoniza), Darín resulta siempre convincente en este papel de héroe hitchcockiano (un hombre común en circunstancias extraordinarias).

La película trabaja en las escenas iniciales la posibilidad de que Sebastián -que durante esas escasas y tensas horas en las que transcurre el relato tiene una decisiva audiencia de un caso de corrupción con fuertes connotaciones económicas y políticas- esté siendo manipulado con el secuestro de sus hijos, pero no conviene adelantar nada más sobre la evolución y derivaciones de la trama.

Lo que sigue es un típico juego de gato y ratón, con varias vueltas de tuerca (más o menos) inesperadas, que Amezcua maneja con profesionalismo, pero sin demasiado virtuosismo ni capacidad de sorpresa (hay un buen uso de la cámara en mano para sostener el nervio y la tensión).

Más allá de su impecable factura técnica, Séptimo repite buena parte de la fórmula padre-dispuesto-a-todo-por-salvar-a-hijos (una niña de 7 años y un chico de 9) que el cine ha trabajado en numerosas oportunidades. Y la experiencia se parece bastante a la de apreciar un episodio doble de cualquier serie televisiva (y no estamos hablando de gemas como Breaking Bad ). De todas formas, la apuntada presencia de Darín -favorito del público desde hace ya varios años- y el fuerte lanzamiento (213 copias en todo el país) deberían ser argumentos suficientes como para que ese romance no se interrumpa justo ahora.