Secretos ocultos

Crítica de Diego Batlle - La Nación

En la línea de los films españoles de Guillermo del Toro, Los otros, de Alejandro Amenábar, y El orfanatoy Un monstruo viene a verme, de J. A. Bayona, Secretos ocultos es un drama familiar con todos los ornamentos del thriller psicológico y elementos propios del terror fantástico, con una maldición fantasmal que acosa a unos jóvenes huérfanos en el ámbito de una casa que cruje a cada paso y en la que se registrarán diversos hechos sobrenaturales.

Secretos ocultos es el debut en la dirección de Sergio G. Sánchez, guionista tanto de El orfanato como de Lo imposible. En ese sentido hay que indicar que el universo de esta ópera prima es absolutamente fiel a sus obsesiones por el terror gótico, pero el resultado final no está a la altura de sus antecedentes como escritor.

Aunque financiado y rodado en España, el film está hablado en inglés y ambientado en una ciudad costera de los Estados Unidos, en 1969. Los protagonistas son cuatro hermanos británicos (adolescentes y niños) que pierden a su madre y se han liberado (o eso creen) de la crueldad de su padre. Refugiados en una decadente casona tratan de pasar inadvertidos, pero el pasado los condena y los traumas los acechan.

Lo mejor que puede decirse del film es que se trata de un producto prolijo, de impecable factura técnica, pero al mismo tiempo todo parece demasiado mecánico y un poco forzado. Los giros de guion, las actuaciones y los conflictos psicológicos son de manual. Un ejercicio de estilo sin demasiado riesgo ni sorpresa.