Secretos de una obsesión

Crítica de Samantha Schuster - Toma 5

"El cambio de rumbo"

En primer lugar hay que tener en cuenta los riesgos que se corren a la hora de hacer una remake. Suele suceder que la película que se estrene luego de la original nunca va a ser tan buena como la primera. No tendrá los mismos personajes ni actores, y probablemente no se termine contando la misma historia.

Pero cuando se adapta un film extranjero es aún peor. Porque la película está concebida para una sociedad determinada (por más de que luego pueda universalizarse o tratar temáticas que son comunes a otros países), y la esencia de la pieza puede perderse por completo. Son otros contextos, otras costumbres, y es muy difícil que se pueda captar el alma de la película.

Dicho esto sería bastante injusto sentenciar a una película por ser simplemente una remake. De todas maneras, las comparaciones suelen ser bastante inevitables.

“Secretos de una obsesión” está basada en “El Secreto de sus Ojos”, la película argentina de Juan José Campanella, ganadora del Óscar a Mejor Película Extranjera en 2010, protagonizada por Ricardo Darín, Guillermo Francella y Soledad Villamil. Y en esta oportunidad existieron algunos cambios esenciales.

La historia se centra en un equipo de investigadores contra el terrorismo, quienes junto a la fiscal del distrito, se ven repentinamente involucrados en un homicidio. ¿Por qué? Porque la hija adolescente de uno de ellos fue brutalmente asesinada sin ninguna razón aparente. Trece años más tarde vuelven a abrir el caso por una nueva pista que apareció.

“Secretos de una obsesión” se adaptó a la sociedad norteamericana: cambió el fútbol por el béisbol, la pasión por la obsesión, el contexto político argentino por la persecución del terrorismo; es decir gran parte esencial de lo que hizo que “El Secreto de sus Ojos” se convirtiera en esa gran película. Es como si estuviéramos viendo una pieza diferente.

Pero como decíamos al comienzo, es muy difícil recrear una historia tan exitosa y es por eso que fue un acierto cambiar grandes detalles del film original y adaptarlo a su propia sociedad. Probablemente si hubieran copiado lo que se cambió quedaría una película insulsa, frívola, sin sentimientos, porque no es una realidad por la que tuvo que pasar dicha sociedad.

Es por eso que se puede tomar a “Secretos de una obsesión” como una película distinta, individual, y de esta manera funciona acertadamente. Porque nos ofrece un policial oscuro, con buenos giros que se presentan en la historia, como Hollywood está acostumbrado a hacer.

La elección del elenco fue correcta, destacándose sobre todo la actuación de Julia Roberts en esta mezcla del papel de Guillermo Francella (el compañero del investigador principal) y Pablo Rago (familiar de la víctima). Es allí donde se pone el foco emotivo de la historia, ya que a diferencia de la original, una de las investigadoras está directamente relacionada con la víctima. Tal vez lo menos creíble (y relevante en este caso también) sea la relación entre el protagonista (Chiwetel Ejiofor) y la fiscal (Nicole Kidman).

En síntesis, si se toma a “Secretos de una obsesión” como una película individual, funciona muy correctamente, porque tiene todos los condimentos de un thriller: intriga, suspenso, tensión, persecuciones. Sin embargo, si se recae en las comparaciones, probablemente salga perdiendo, porque le falta el alma de “El Secreto de sus Ojos”, esa esencia característica de ir más allá de una película policial, sino relacionarse muy apegadamente con un contexto y una cultura de una sociedad en particular.

Samantha Schuster