Satori Sur

Crítica de Diego Batlle - La Nación

Miguel Grinberg es una leyenda del periodismo de rock, de la poesía, del arte contracultural. Escritor, fotógrafo, traductor, pensador y -como él mismo sostiene- dueño de una "sensibilidad mística", fue cronista y al mismo tiempo protagonista de los inicios del rock nacional, estuvo ligado al movimiento beatnik y fue amigo de, entre otros, Jonas Mekas y Allen Ginsberg.

Descendiente de judíos polacos que se dedicaron a la marroquinería, Grinberg surcó todas las décadas desde la de 1960 y siempre dejó su sello. Fue probablemente el primer biógrafo del rock nacional tanto desde la palabra escrita como desde la oralidad, pero también fue un insoslayable performer, conductor y a su manera también un profeta espiritual.

Este primer documental de Federico Rotstein (Terror 5) comienza con la celebración de sus 80 años (ahora está por cumplir 83) y luego apela a sus siempre valiosos, fascinantes e inteligentes testimonios en los que recuerda desde sus viajes introspectivos hasta sus encuentros con Henry Miller, sus colaboraciones con Juan Carlos Kreimer, su pasión por la cultura estadounidense, los hallazgos de la revista Eco Contemporáneo y su mirada política siempre provocativa hasta llegar al multitudinario homenaje que se le realizó en el teatro Gran Rivadavia.

Verlo en su oficina de la avenida Belgrano atiborrada de cajas, sobres, libros y revistas, intentando dialogar en varias videollamadas con su amigo Mekas o recorriendo parte de su archivo de imágenes son algunos de los placeres de Satori Sur, un tributo a la altura de este mito viviente, tan lúcido como incansable, que nunca se ha contentado con la veneración ni ha dejado de producir.