Rock Dog 3: Rockeando juntos

Crítica de Mex Faliero - Funcinema

LAS IDEAS NO SE MATAN… SE REEDITAN

Rock Dog es una de esas tantas sagas animadas hechas con absoluta impersonalidad que pululan por el calendario de estrenos global. No se sabe muy bien qué público potencial tienen, pero deben salir unos pocos dólares y su costo beneficio debe ser suficiente como para que el concepto se estire y se estire y se estire, y ocupe espacio en las salas del mundo. De tan impersonales, logran que uno las anule en la memoria, que ni siquiera una imagen nos quede. Por lo tanto, con el estreno de Rock Dog 3: Rockeando juntos uno debe releer lo que escribió en la ocasión del estreno de Rock Dog 2, que no fue tan lejos sino allá por noviembre de 2021, porque la verdad que no solo no recordamos qué pasaba, sino que no nos quedó grabado ni siquiera un mísero fotograma. La sorpresa -o no tanto- es descubrir que lo que cuenta esta tercera entrega no es más que una ligera modificación de lo que contaba la segunda. Que ya ni en eso se esfuerzan.

Si en la segunda un productor seducía a Bodi, el perro guitarrista protagonista, que se dejaba tentar por la fama y el oropel, ahora es el mismo Bodi quien acepta ser jurado en un reality musical y termina tentado por la fama fatua del escandalete televisivo. Es decir, Bodi es más blandito que una esponja y enseguida traiciona a todos los que lo rodean. En verdad no sabemos muy bien por qué se siguen contando las historias de este personaje, bastante desagradable y poco confiable él, que parece no aprender más la lección de que la fama nunca es buena, mata el alma y la envenena. Y si esto no es suficiente, mientras en la segunda Bodi era engañado por un lobo que se hacía pasar por cordero, ahora es una cordera rencorosa la que se hace pasar por loba. Las ideas no se matan, se reeditan. Ni Scooby-Doo se animó a tanto.

Tal vez lo único interesante de esta saga sea ver cómo sus creadores encuentran nuevos conflictos en el mundo de la música y el mundo del espectáculo: Bodi contra los productores, Bodi contra los realities musicales. Bodi como un discípulo de Pappo, diciéndoles a todos que se busquen un laburo honesto, mientras defiende el rock como estilo de vida y baja línea pesada sobre el arte como algo elevado a lo que el populacho no llega. Medio elitista don Bodi, demasiado para ser el protagonista de una saga de segundo o tercer orden. Rock Dog 3: Rockeando juntos ni siquiera agrega nada desde el humor o el diseño visual. Un producto decididamente descartable.