RoboCop

Crítica de Santiago García - Leer Cine

Sigan de largo, acá no pasa nada

Robocop es, no hay misterio alguno, una remake del film de 1987 dirigido por Paul Verhoeven. Ya se sabe de sobra que las remakes suelen ser un callejón sin salida, incluso las que salen medianamente airosas del desafío. Las fantásticas excepciones confirman la regla. No es el caso de este Robocop, por cierto. Una vez más la historia es la del oficial Murphy, severamente herido y cuya única esperanza es ser el prototipo de un modelo experimental mitad robot mitad humano para la policía de Detroit. El film original (que tuvo dos secuelas, una serie y una miniserie) era una rareza, una obra con mucha personalidad, algo enferma, llena de violencia y verdaderamente impactante. Incluso la primera secuela era muy brutal. Para hacer una remake había dos caminos posibles, o bien respetar ese estilo, o bien construir otro diferente pero con igual personalidad. No es lo que ocurrió aquí. La mediocridad del director brasilero José Padilha (qué no dudó en quejarse acerca de lo duro que es trabajar en Hollywood) que ya había sido demostrada en su efectista y sádica Tropa de Elite acá se expone al no poder contar con claridad ni una sola escena de las largas y tortuosas casi dos horas del film. No existe un verdadero dilema moral de ningún orden y los conflictos son todos básicos y carentes de nervio. Paul Verhoeven le gana como narrador, le gana en el uso de la violencia, le gana en la originalidad de las escenas y le gana incluso en el sentido del humor. El humor de esta nueva versión es tan berreta, los subrayados del programa de televisión que unifica el relato son algo difícil de aguantar, que hay que tenerle mucha paciencia a la película en cada momento. Samuel L. Jackson como periodista nada objetivo es un chiste que se alarga y aburre. Un película tan burda burlándose de la televisión da bastante pena. Gary Oldman y Michael Keaton sí suman algo positivo porque le ponen corazón a sus trabajos. Joel Kinnaman es el actor protagónico y ahí es imposible no recordar a Peter Weller realizando una actuación increíble como Alex Murphy y Robocop. Weller lograba pasar de lo humano a lo mecánico y lograba mostras la angustia del personaje. Kinnaman es particularmente malo. Mención aparte merecerían los villanos inquietantes y perturbadores del film de 1987 también. Acá los personajes son confusos y poco relevantes. Ahora, tan solo para ser justos, imaginemos que no es un remake y que es la primera versión que se hace de esta historia. Olvidémonos de las comparaciones. Bueno, si hacemos eso, Robocop es un telefilm clase B (aunque caro) mediocre, firme candidato al olvido. No es la comparación lo que arruina a la película, es simplemente que la propia película carece de cualquier forma de interés. El traje, eso sí, es negro. Se jugaron todo.